Chile sigue siendo uno de los países más duros contra la migraciones latinoamericanas y caribeñas; bolivianos, peruanos, ecuatorianos, venezolanos y haitianos son de los que más la sufren.
Hemos visto como los visten de blanco y con chalecos reflectantes para subirlos un avión, repatriados sin importarles el principio de no devolución, sin importarle el riesgo que pueden tener las vidas de estas personas en sus lugares de origen.
Se ha hablado mucho de ellos y parece que nos hemos cansado de mirar y oír el sufrimiento de la gente y la indiferencia del gobierno chileno, además de su propio accionar.
Santiago Mao nos cuenta que más allá del apagón informativo hay un estado presente y activo con actitudes exteriorizadas en contra de los migrantes.