Millones de personas en la provincia de Idlib, como Mohammed Ramadán, piden extender la resolución de la ONU para mantener el acceso al país a través de Cilvegozu/Bab al-Hawa, entre Turquía y Siria, y así lleguen alimentos y medicamentos.
Mehmet Burak Karacaoğlu,Ahmet Karaahmet
Siria
Casi cinco millones de desplazados sirios en la provincia de Idlib corren el riesgo de quedarse sin ayuda humanitaria si Rusia no permite extender la resolución de la ONU que permite el envío de este tipo de ayuda al país árabe.
En declaraciones a la Agencia Anadolu, Mohammed Ramadán, uno de los desplazados que logró refugiarse en el campamento de Tih, afirma querer vivir en condiciones de seguridad como el resto del mundo.
“El puerto fronterizo es la única vía que mantiene vivos a los sirios, cerrarla significaría la hambruna para ellos. Nos alimentamos gracias a las ayudas que llegan (a través del puerto fronterizo)”, dice Ramadán. Asegura que esta ayuda es su única esperanza.
“Vivíamos en paz y seguridad en nuestros hogares antes de ser desplazados. El régimen de (Bashar al) Assad y Rusia no han podido matarnos con armas, aviones y proyectiles de cañón. Ahora quieren matarnos cerrando las puertas a la ayuda humanitaria”, afirma Ramadán.
La resolución de las Naciones Unidas se encuentra vigente desde 2014, pero necesita ser renovada cada seis meses, y esta vez toca extenderla en julio de este año.
En un principio eran cuatro los pasos fronterizos por los que la ayuda humanitaria podía ingresar a Siria, pero con el tiempo estos pasos se redujeron a uno, el de Cilvegozu/Bab al-Hawa, entre Turquía y Siria, debido a la presiones de Rusia y China.
No obstante, Rusia y China, ambos aliados de Siria, no ven con buenos ojos volver a extender la resolución, lo cual resultaría en el cierre de Cilvegozu, por donde pasan unos 1.000 convoyes de ayuda humanitaria.
Los desplazados sirios en el norte del país árabe temen la hambruna si no se mantiene abierto el único paso fronterizo. Jamal al-Deiri, otro refugiado en Tih, dice que Irán, Rusia y el régimen de al-Assad masacraron miles y condenaron a los otros a vivir en tiendas de campaña luego de haberlos forzado a desplazarse.
“No pudieron matar a la gente con aviones de guerra, (ahora) quieren estrangular a 4,5 millones de civiles cerrando el puerto fronterizo (de Cilvegozu)”, lamenta Deiri.
El desplazado sirio hacen un llamado a las Naciones Unidas para permitir el flujo de ayuda a través de un paso fronterizo abierto, de lo contrario, temas esenciales como el suministro de medicamentos y alimentos se cortarán.
Deiri afirma que los civiles desplazados que viven en tiendas de campaña no tienen otra alternativa.
Muhhane Ismail, uno de los refugiados que fue desplazado de la provincia de Hama, acusa a Rusia de querer matar a los civiles dejándolos pasar hambre “como si no fuera suficiente matarlos con aviones”.
“¿Cómo vivirá la gente y cómo será tratada (médicamente) cuando el paso se cierre?”, pregunta Ismail.❮❯
Por su parte, Heisem Gajar dice que el cierre del paso fronterizo provocaría la inanición entre los civiles desplazados y refugiados, una muerte segura.
Gajar recuerda que los desplazados no tienen empleo ni oportunidades de trabajo. “Vivimos en una zona montañosa, no tenemos tierra para cultivar. No vinimos aquí por gusto”, señala.
“Rusia convirtió en práctica común hacer pasar hambre y desplazar a los civiles. El mundo no debe dejar solos a los civiles (sirios). Preferimos enfrentarnos a duras condiciones de vida durante el verano y el invierno en lugar de ir a las zonas controladas por el régimen de Assad”, dice Gajar.
El desplazado sirio ruega a la ONU que tenga compasión por los civiles que viven en tiendas de campaña.
*Traducido por Daniel Gallego.
Fuente: aa, Turquia