Por: Luis González Lozano
Hoy 15 de mayo se conmemora el Día Mundial del Clima, que surge con el propósito de concientizar sobre la importancia que tienen las acciones y actividades del ser humano en la variación climática.
Si bien, las diferencias en nuestro clima son comunes y naturales, los científicos afirman que en los últimos 150 años se registra un ritmo de cambio acelerado, resultado del desarrollo industrial y crecimiento de la población humana, que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación ambiental, malas prácticas, deforestación y sobreexplotación de recursos naturales, provocando condiciones adversas para los ciclos naturales que permiten la vida en la tierra.
Sabemos que cada parte del mundo tiene un clima característico. Los hay más cálidos, más húmedos, más secos o lluviosos. Pero, ¿alguna vez pensó que su actividad, sus acciones diarias, pueden llegar a condicionar e incluso modificar la acción del clima?
Son precisamente esos hábitos de consumo de energía y de emisión de gases los que están provocando que la tierra presente altas temperaturas. Como prueba de ello, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos indicó en su informe más reciente que 2017 ha sido el segundo año más caluroso, con temperaturas que han aumentado en 0.88 °C, únicamente por detrás del 2016, cuyo registro indicó +1.01 °C. A este ranking se le suma la cifra de 2015, con +0.85 °C. Este año, los datos no son mucho más alentadores. Se prevé que 2021 sea otro de los más calurosos.
Esperamos que la actividad e influencia humana sea capaz de revertir o disminuir este fenómeno. Poner un granito de arena es posible con simples acciones, como utilizar la bicicleta o el transporte público, ahorrando energía, reciclando, plantando y conservando árboles, entre otros. Todos juntos podemos luchar contra esta situación, la gran amenaza de nuestro planeta.
El calentamiento del clima ya no se puede detener, estamos sufriendo ahora las consecuencias de lo que iniciamos con la Revolución Industrial, debemos hacer un esfuerzo para adaptarnos al clima que viene y para comprender que, además de convivir con un cierto nivel de riesgo, se deberá hacer frente a lo que costará la adaptación.
Algunos puntos clave son, por ejemplo: El cambio climático está alterando las estaciones e impactando a las plantas que necesitan polinizadores, a los animales migratorios y a las personas.
Uno de los cambios registrados es que, a medida que el clima global se calienta, los eventos como la floración pueden ocurrir más temprano en el año.
¿Cree que el cambio climático es solamente un problema para el futuro? Pues no, el clima en San Luis hace 40 años perfecto identificable, por ejemplo el invierno, la primavera, la temporada de lluvias, estaba marcado, a veces con desfase pero sí cíclico, hoy esa estabilidad se ha ido.
Nuestros hijos ya no vivirán ese aspecto como nosotros, pues en un planeta tan dañado y cambiante jamás conocerán la calidad de mundo que nosotros tuvimos.
¿Por qué esto es importante? Esto nos afecta. No solamente a nuestros hijos o nietos, a las plantas, a la vida silvestre, sino a todos nosotros, comenzando ahora. Algunos de los factores identificados de mayor impacto son:
Considere el ejemplo mencionado anteriormente sobre los animales migratorios, la fenología (estudio del momento en que los eventos biológicos como la floración, la caída de las hojas, la hibernación y la migración suceden en relación con la estación y el clima) ha hecho un análisis sobre la migración del salmón y esta ya ha cambiado, y a su vez la de la trucha también. Eso impactará a las pescaderías, a los medios de vida y a la dieta de muchas personas que dependen de esas especies como fuente de alimento e ingreso.
Igualmente, la seguridad alimentaria podría afectarse si ocurren desajustes entre la llegada de los polinizadores, como las abejas silvestres y la floración de las plantas agrícolas.
Pensemos que en nuestro país millones de personas viven de la agricultura o de la ganadería, incluso muchas familias mexicanas que viven en comunidades alejadas dependen de sus propias cosechas para su alimentación, no seamos indiferentes ante esta situación pues no todos contamos con los mismos privilegios.
Afortunadamente, por el momento las abejas silvestres y las plantas agrícolas se han mantenido a la par una con la otra y aparentan estar impulsadas por los mismos factores climáticos, sin embargo no debemos confiarnos y al contrario debemos cuidarlas y preocuparnos por ellas.
Debido a que la situación ya se está modificando y no dejará de cambiar inmediatamente (aún si ponemos fin a las emisiones de carbono causadas), conservar en un clima cambiante va a requerir pensamiento creativo.
La buena noticia es que ya hay personas planificando con antelación. Por ejemplo, trabajar por reservas naturales que serán resilientes ante el clima futuro, como protegiendo en las playas la pendiente que necesitan las tortugas marinas para anidar, con el fin de que este espacio permanezca aún mientras aumenta el nivel del mar.
La motivación en Cambio de Ruta, A.C., siempre será “CAMBIAR EL PRESENTE… PARA REVERDECER EL FUTURO…” pues tenemos claro el compromiso de dejarles a las futuras generaciones una calidad similar a la que nosotros disfrutamos, pensemos que nuestros hijos pueden vivir temporadas de calor eternas y nunca llegar a conocer el invierno; se imagina una época navideña a 40°, temporadas de lluvia prolongadas que desaten caos en la ciudad, no es solo conjeturar, también es dar un vistazo a cómo se han comportado las estaciones en los últimos años, pues ya nada es como lo conocimos, la próxima vez que el calor o el frío se adelanten hagamos una pausa para pensar, ¿Cómo afecta esto? y ¿Qué puedo hacer para ayudar a que no varíe el clima?
Delírium trémens.- En México el Presidente Andrés Manuel López está iniciando un apartheid climático feroz sin que nadie diga nada.
Fuente: pulsoslp,Mexico
