“Los traslados forzosos de refugiados y solicitantes de asilo de Malaui al campo de Dzaleka son una respuesta equivocada y desproporcionada a supuestos problemas económicos y de seguridad”, dijo en un comunicado difundido hoy Idriss Ali Nassah, investigador para África de HRW.
“Las autoridades no solo están cometiendo abusos durante los arrestos y detenciones de niños, sino que expulsarlos sumariamente de sus hogares equivale a desalojos forzosos ilegales”, añadió.
El Ministerio de Seguridad Nacional de Malaui informó el pasado 26 de mayo de la detención de 902 refugiados y solicitantes de asilo desde el 17 de mayo en la capital, Lilongüe, y en otros puntos del país.
Entonces, la Policía, con ayuda del Ejército, arrestó a “hombres, mujeres y niños (…), cerró sus negocios, los detuvo temporalmente en prisiones y los dejó con las manos vacías en el campo de refugiados de Dzaleka, a 40 kilómetros de Lilongüe”, afirmó la organización.
Según HRW, algunos de los detenidos denunciaron palizas y destrucción o robo de sus propiedades.
“Las informaciones que apuntan que hubo menores entre las personas atrapadas en las redadas y que fueron llevados a la fuerza a la Prisión Central de Maula, prisión de máxima seguridad en Lilongüe, son muy preocupantes”, alertó HRW, al añadir que “los menores no deben ser detenidos por motivos de inmigración” ni en prisiones para adultos.
Las detenciones se produjeron a raíz de una directiva del pasado 27 de marzo, donde el Gobierno notificó a todos los refugiados y solicitantes de asilo que viven en zonas urbanas y rurales del país que se enfrentarían a un traslado forzoso si no regresaban al campo de refugiados de Dzaleka antes del 15 de abril.
El campo de Dzaleka acoge a la mayoría de los más de 50.600 refugiados y solicitantes de asilo que viven en Malaui, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), mientras alrededor de 8.000 residen desde hace tiempo en otras zonas.
Sin embargo, ese campamento está preparado para acoger a 12.000 personas y, según Acnur, sus estructuras “ya están al límite y no pueden acomodar a más refugiados de manera digna”.
De acuerdo a esta agencia de la ONU, más de 32.000 de los refugiados y solicitantes de asilo que acoge Malaui proceden de la República Democrática del Congo (RDC), casi 11.000 de Burundi y más de 6.000 de Ruanda. EFE
Fuente: Swissinfo