Madrid, 20 oct (EFE).- El Sahel se ha convertido en “una bomba” que podría estallar y ocasionar graves problemas en Europa si no se le presta la ayuda y la atención que requiere, aseguró este jueves a EFE el representante en Mali de ACNUR, la agencia de la ONU para los Refugiados, Mohamed Askia Toure.
Askia Toure dijo que, además del avance de los grupos islamistas, estos países, y especialmente Malí, en el epicentro del Sahel, ven cómo otras mafias relacionadas con la trata de personas o con mercenarios, como el Grupo Wagner, de Rusia, se están asentado en la zona.
Y “en este contexto, si no se ayuda desde el exterior a autoridades como las malienses, los ciudadanos van a huir” y tendrán “la tentación de emigrar a Europa”, subrayó.
“Miles de personas se ven obligadas a marcharse porque no hay alternativas, y van hacia el norte; la tentación de ir a Europa es muy grande” y por eso Europa tiene que ayudar a estabilizar Mali y el resto del Sahel para no tener que enfrentarse a situaciones más graves, reiteró.
El “sesenta por ciento del territorio de Mali -explicó- no está en manos del Gobierno y, en esas regiones, en esa tierra de nadie, no hay escuelas, no hay hospitales, ni ningún tipo de asistencia. Lo importante es ayudar a restaurar a las autoridades legítimas para dar protección y seguridad a la población”.
El funcionario de origen mauritano recordó también la salida de Mali de la misión militar enviada por la Unión Europea, que ha permitido que los grupos yihadistas controlen más territorio.
Tras la salida de los europeos, “la misión de la ONU en Mali no tiene capacidad para garantizar la seguridad de los ciudadanos, ni tampoco el Ejército del país, que se ve superado”. Y la consecuencia es “más refugiados y más desplazados”, en un bucle del que no se puede salir.
Esto es “realmente desafortunado -subrayó- porque, en términos de crisis política, económica, de derechos humanos, de refugiados o de desplazados externos la situación en el país no ha hecho más que empeorar”.
Recordó que la ayuda destinada a Ucrania desde que estalló la guerra, en febrero, supera diez veces lo que se ha concedido por parte de Europa a toda África en los últimos años, algo que le preocupa.
Cree también que hay un claro desequilibrio en la forma en que los países occidentales y, especialmente la Unión Europea, han abordado la situación de Ucrania si se compara con el Sahel, que ha salido claramente perjudicado, por lo que pidió “más empatía” con estos países.
Según ACNUR, hay más de 181.000 peticionarios de asilo malienses repartidos por el mundo y han regresado al país unos 84.000 (según fuentes gubernamentales). La nación ha acogido además a unos 56.000 refugiados del exterior.
Askia Toure explicó que los malienses están entre los cinco principales países del mundo cuyos ciudadanos acaban en las pateras que tratan de cruzar el Atlántico o el Mediterráneo en las rutas de inmigrantes que intentan llegar a España.
Y es por ello que se entrevistará estos días en Madrid con responsables de los ministerios españoles de Interior, Asuntos Exteriores e Inmigración, con los que pretende que ACNUR establezca nuevos lazos de cooperación que ayuden a estabilizar el país africano. EFE
Fuente: Swissinfo