Más de 55.000 refugiados han huido en los últimos dos meses de la sequía y el conflicto en Somalia y han llegado al campamento de Dadaab, en el este de Kenia, informó hoy el Comité Internacional de Rescate (IRC, en sus siglas inglesas).
En un comunicado, esta ONG de ayuda humanitaria advirtió de que se espera la llegada de unos 120.000 refugiados a Dadaab para principios de 2023, a medida que continúa la peor sequía en Somalia -y en otros países del Cuerno de África, como Kenia- en cuarenta años.
La situación humanitaria en el campamento, que acoge a más de 233.000 refugiados, también ha puesto al descubierto una grave crisis de salud pública provocada por la falta de servicios básicos, el hacinamiento y la falta de financiación.
“Dadaab tiene la mayor concentración de refugiados de África. Su población es casi tres veces mayor de la prevista”, afirmó el director de IRC en Kenia, Mohamed el Montassir Hussein.
“Cientos de miles de refugiados somalíes tendrán dificultades para encontrar asistencia vital al huir a Kenia este año, a menos que se tomen medidas urgentes para hacer frente a una grave crisis de hambre y enfermedades” en Dadaab, subrayó Hussein.
En Somalia, donde la sequía y la violencia continúan desplazando a miles de personas tanto internamente como a través de las fronteras, los líderes internacionales deben garantizar “fondos inmediatos para brindar alivio y prevenir el desplazamiento de siete millones de personas que necesitan asistencia humanitaria”, según la ONG.
El pasado 24 de octubre, Médicos Sin Fronteras (MSF) ya alertó de que la llegada de refugiados somalís hacía necesario incrementar la ayuda humanitaria en Dadaab por el “elevado riesgo de brotes de enfermedades”.
Aparte de la sequía, Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra. EFE
Fuente: Swissinfo