Migrantes llegando al aeropuerto internacional de Túnez para ser deportados.
Argelia vuelve a deportar a miles de migrantes a Níger. Abandonados en la frontera, muchos deben caminar por el desierto. En los países del Mediterráneo no son bienvenidos.
En los últimos tres años, más de 13.000 nigerianos han regresado voluntariamente a su país de origen con la ayuda de las agencias gubernamentales nigerianas y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), según las Naciones Unidas. El sueño de una vida mejor en Europa se esfumó, tras sufrir traumáticas experiencias de violencia y racismo en Libia.
En su regreso a Nigeria, se registran, reciben comida, albergue y asistencia médica. “El mayor desafío es la salud mental de los migrantes”, dice Víctor Lutenco, trabajador de la OIM en el centro de tránsito. “Por eso, además del apoyo material, la ayuda psicosocial es nuestra prioridad”, afirma.
La migración africana es muy diversa y tiene lugar, sobre todo, dentro del propio continente. Según la OIM, alrededor de 21 millones de africanos vivían en otro país del continente en 2020. El número de mujeres africanas que viven en otras regiones del mundo superó los 19,5 millones en el mismo año.
Más del 70 por ciento de los movimientos migratorios dentro de África tienen lugar en la región occidental. La razón principal, en este caso, es la búsqueda de trabajo. La migración irregular del África subsahariana y occidental a Europa ha aumentado en los últimos años, pero también entre África occidental y central.
Caminando por el desierto
Pero, a medida que aumenta la migración, también lo hace el número de deportaciones. Argelia, por ejemplo, ha deportado en masa durante estos años. Entre enero y finales de marzo de 2023, más de 10.200 migrantes fueron abandonados en el desierto cerca de la frontera con Níger, según la red de activistas Alarme Phone Sahara (APS).
Según el director de APS, Moctar Dan Yaye, los transportes de deportación se pueden dividir en dos grupos. En los llamados transportes “oficiales”, se traslada sobre todo a ciudadanos de Níger, tras un acuerdo entre este país y Argelia.
Los transportes “no oficiales”, por otro lado, se realizan con personas de África occidental y central, pero también de países árabes o asiáticos. “En Argelia, estas personas son arrestadas durante redadas”, dice Yaye a DW. Explica que son conducidas a través del desierto en camiones y luego dejadas en tierra de nadie en la frontera entre Argelia y Nigeria.
Desastre humanitario en el desierto de Níger
“Después de todo el trauma que sufrieron, todavía tienen que caminar para llegar a un pueblo donde puedan recibir primeros auxilios”, lamenta Yaye. Por regla general, son jóvenes de entre 20 y 30 años, pero también mujeres embarazadas, niños o ancianos. No todos logran superar este calvario, algunos se quedan atrás en el desierto.
La organización humanitaria y derechos humanos Medico International también se queja de estas prácticas de deportación. “La gente camina por el desierto bajo un calor abrasador, sin comida, sin suficiente agua potable”, dice a DW Kerem Schamberger, oficial de migración en relaciones públicas de Medico International. En 2022, 24.000 personas fueron deportadas a través de la frontera por las fuerzas de seguridad argelinas en operaciones relámpago, muchas de ellas heridas.
En la ciudad fronteriza de Assamaka se sufre una crisis humanitaria, porque el centro de recepción de la OIM no acepta a nuevos deportados desde diciembre de 2022. La organización de derechos humanos Médicos Sin Fronteras (MSF) pide a la comunidad económica de África Occidental ECOWAS que ofrezca protección inmediata a las personas varadas.
Ascenso de la ultraderecha
El activista Yaye culpa al “ascenso de la ultraderecha en el mundo” del rechazo a los migrantes: “Hace tiempo que hay discursos racistas y de odio contra la migración en toda Europa, ya sea en Italia, España, Francia o Alemania”, dice a DW. Pero tampoco en África surten efecto los llamados de APS a la Unión Africana de seguir sus protocolos y proteger a los migrantes.
Muchos jóvenes subsaharianos están atrapados en Túnez: “Estas personas están en una trampa, porque con frecuencia son hostigados por la población y las autoridades”, critica Yaye. Schamberger, de Medico International, critica que esta política de deportación es apoyada por la UE.
“Esto ha elevado la cifra de fallecidos en el Sahara”, dice Schamberger a DW. La gente busca rutas más peligrosas para evitar los controles de seguridad. Él critica a la IOM, porque cumple la función de “ejecutor voluntario” de la política de aislamiento y repatriación de Europa y los Estados de África occidental.
Fuente: DW