El campo de refugiados de Za’atari es el centro de refugiados más grande de Oriente Medio y uno de los más grandes del mundo (DW, 2022). Según estadísticas de las Naciones Unidas, más de la mitad de los 81.000 refugiados que viven en el campo de Za’atari son menores de edad (Aljazeera, 2016). Dentro del campamento, los niños son sujetos a violaciones de sus derechos fundamentales y severas privaciones de sus necesidades fundamentales. En consecuencia, los aspectos lúdicos de la infancia se limitan a zonas específicas provistas por organizaciones humanitarias.
Campamento de refugiados de Za’atari: entorno inseguro para los niños
El campo de refugiados de Za’atari, ubicado a 10 kilómetros al este de Mafraq, se estableció el 28 de julio de 2012 en Jordania para albergar a los sirios desplazados por el actual conflicto en Siria (Wikipedia, 2023). El campo de Za’atari es el centro de refugiados más grande de la región de Oriente Medio y uno de los más grandes del mundo (DW, 2022).
Más de la mitad de los 81.000 refugiados que residen en el campo de Za’atari son menores, según cifras de las Naciones Unidas (Aljazeera, 2016). Se han registrado más de 20.000 nacimientos en Za’atari, lo que equivale a aproximadamente 40 nacimientos por semana (Carlisle, 2022).
La violación más grave de los derechos de los niños en el campo de refugiados de Za’atari es el propio entorno inseguro, que contradice el artículo 22 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que establece que los niños deben recibir asistencia y protección en las zonas de refugiados.
Los niños en el campamento de Za’atari están expuestos a incidentes de seguridad, lo que ha llevado a las autoridades jordanas a aumentar el número de efectivos de seguridad en el campamento y establecer una «policía comunitaria» (Aljazeera, 2016). Además, este entorno inseguro carece del marco óptimo para desarrollar su personalidad y hacer un seguimiento de su desarrollo (Alarabiya, 2013).
Violaciones de los derechos fundamentales de los niños en el campo de refugiados de Za’atari
La violación más significativa de los derechos de los niños en el campo de Za’atari es la violación de su derecho a la salud. Los niños carecen de saneamiento debido a la falta de acceso a agua pura, detergente y geles de baño. Además, la nutrición inadecuada es otro aspecto de las violaciones de los derechos a la salud. Los especialistas han estimado que el valor nutricional de los niños es insuficiente, lo que hace que los padres se preocupen por posibles enfermedades en ausencia de las vacunas necesarias (Alarabiya, 2013).
El agua es un recurso valioso en el campamento. Se estima que el 30 por ciento de los hogares encuestados en Za’atari informaron que el suministro de agua no satisfacía sus necesidades (Carlisle, 2022). La electricidad es un aspecto adicional de las dificultades.
En 2017, se construyó una planta solar para suministrar energía al campamento, pero su capacidad era insuficiente para satisfacer las demandas de todos los residentes durante más de 11,5 horas al día. En los últimos meses, ACNUR se ha visto obligado a reducirla a nueve horas diarias para poder gestionar el aumento de los costos de electricidad (UNHCR, 2022).
El derecho a la educación tampoco es una prioridad para muchas organizaciones de socorro y ayuda humanitaria (Aljazeera, 2016). Los servicios educativos del campamento solo los prestan 15 instituciones, que atienden a 81 000 refugiados (Summers, 2017). Según estimaciones, el 78% de los niños no asiste a la escuela, mientras que los niños restantes se quejan de castigos corporales y congestión (Alarabiya, 2013).
Desafíos mentales que enfrentan los niños en el campamento de Za’atari

Además de los desafíos físicos, los niños de Za’atari también se enfrentan a obstáculos psicológicos. Más de 60.000 niños en el campo de Za’atari tienen numerosos problemas, el más importante de los cuales es el deterioro de su salud mental (Al-aljoumhouria, 2013).
Además, la atención médica es muy deficiente debido a la escasez de personal médico cualificado y de productos farmacéuticos (Aljazeera, 2016). Según ACNUR, solo hay ocho instalaciones médicas que atienden a 81.000 personas de forma gratuita. Cada mes se realizan aproximadamente 250 consultas médicas (UNCHR, 2022).
El trabajo infantil también se ha considerado como una violación de los derechos fundamentales de los niños en el campamento de Za’atari, que les impide alcanzar su pleno potencial de desarrollo. En sus peores manifestaciones, que también prevalecen en el campamento de Za’atari, ponen en peligro la salud física, mental y emocional, así como la vida de los niños.
En 2014, la oficina jordana de Save the Children International (SCI) y UNICEF Jordania llevaron a cabo un estudio exhaustivo sobre el fenómeno extremadamente visible del trabajo infantil entre los refugiados de Za’atari. La encuesta, que incluyó a adolescentes de 7 a 17 años de 518 hogares, mostró que el 69% de los niños del campamento han trabajado como adultos. Además, en respuesta a las conclusiones de la encuesta, se ofrecen recomendaciones detalladas y específicas sobre las necesidades a corto, medio y largo plazo (Save the Children, 2014).
Falta sustancial de asistencia internacional
Otro obstáculo significativo para la implementación de los derechos básicos de los niños en el campamento es la disminución perceptible de la asistencia internacional. A pesar de que las organizaciones internacionales preocupadas por el bienestar de los niños realizan un esfuerzo considerable, sus esfuerzos son insuficientes en comparación con la gran cantidad de niños en el campamento.
Las familias de los refugiados en los campamentos dependen por completo de la ayuda, mientras que el Ministerio de Planificación y Cooperación Internacional de Jordania informa de una reducción sustancial de la financiación del plan de respuesta del país a la crisis siria.
En 2016 se cumplió con el 62% de los requisitos, según estadísticas oficiales, mientras que en 2019 ese porcentaje se redujo al 50%. En 2021 volvió a cambiar, cayendo al 30% (Fodelat, 2023). En ausencia de ayuda internacional, un país con recursos limitados como Jordania no podrá hacer frente a las crecientes tasas de hambre, pobreza, trabajo infantil y problemas de seguridad.
«Espacios seguros»: la única zona alegre para los niños en el campamento
Dentro del campamento, las organizaciones humanitarias han establecido «espacios seguros» para que los niños vivan una vida alegre. Voluntarios dedicados a actividades de ocio como dibujar y jugar. Los niños necesitan estas herramientas para desarrollar resiliencia, inmunidad y adaptabilidad (Borges, 2019). Es el primer parque infantil para niños en el campo de refugiados de Za’atari que es accesible para todos. El patio de recreo ha sido diseñado y equipado para que puedan jugar juntos niños con y sin discapacidades.
Además, las organizaciones humanitarias trabajan en estas zonas para apoyar a los artistas refugiados sirios ofreciendo talleres de desarrollo de capacidades y oportunidades para trabajar en su campo, así como para involucrar a los niños del campamento en debates y creación artística sobre problemas sociales sirios, su anhelo de regresar a Siria, sus esperanzas para el futuro y su difícil situación como refugiados.
Además, los niños colaboran en iniciativas artísticas destinadas a reducir las tensiones y fomentar la cohesión social en estos espacios. Cientos de niños han tenido la oportunidad de aportar su propia creatividad a los murales de los albergues de refugiados y las comunidades de acogida, dando color y vida a un lugar desolado.
¿Qué se puede hacer para mejorar las condiciones de los niños en el campo de Za’tari?
La comunidad internacional deber respaldar el compromiso del gobierno jordano de ayudar a los niños en el campamento. Se debe enfatizar la salud a través de la provisión de servicios de salud promocionales y preventivos, incluida la atención suficiente a la salud mental, la expansión de las instalaciones y especialistas médicos, y la provisión de las vacunas necesarias.
Al ayudar a los niños, las organizaciones humanitarias también deben hacer hincapié en la educación ayudando a las autoridades locales a establecer nuevas instalaciones, aumentar el número de expertos y asistentes educativos competentes y aumentar el número de clases en los jardínes de infancia. La primera infancia es una etapa esencial para que los niños desarrollen capacidades sociales y cognitivas clave que les servirán para crecer. Además de ampliar los «espacios seguros» y brindarles una gama de actividades donde los niños pueden interactuar, jugar y sanar de sucesos traumáticos.
Humanium aboga desde hace mucho tiempo por una sociedad en la que se reconozcan y protejan los derechos de los niños y en la que ningún niño sea nunca objeto de violaciones o privaciones. Humanium trabajan con diligencia para promover un futuro más seguro y brillante para los niños refugiados fomentando la concienciación sobre sus derechos y la necesidad de poner fin a las violaciones de los derechos del niño.

Además, Humanium trabaja incansablemente para recaudar ayuda en todo el mundo para aliviar su angustia y proporcionarles un entorno propicio. Debido a su ayuda, el resultado cambiará. Considere hacer una donación, apadrinar a un niño o trabajar como voluntario con nosotros para ayudarnos a hacer del mundo un lugar mejor para los niños. ¡Has sido de gran ayuda para nosotros!
Escrito por Malak Rababa
Traducido por Karen Bello
Revisado por Lorraine Valarino
Fuente: humanium.org