Soldados de la Guardia Nacional de Estados Unidos asignados a los hoteles de la zona metropolitana de Búfalo que alojan a los migrantes que esperan sus audiencias de asilo fueron acusados de explotar sexualmente a los indocumentados, que aseguraron sentirse vulnerables por vivir en habitaciones sucias, lejos de su familia y sin acceso al exterior.
La denuncia presentada ante el tribunal federal de distrito de Manhattan señala como responsables a la División de Asuntos Militares y Navales de Nueva York y a, por lo menos, seis miembros de la Guardia Nacional de ese estado, así como a varios empleados de la empresa DocGo, contratada por la ciudad de Nueva York para supervisar las necesidades de los migrantes.
La querella fue interpuesta por seis mujeres y un hombre solicitantes de asilo y una decena de empleados y ex empleados de un subcontratista, Platinum Community Care, quienes abusaron de la situación de extrema vulnerabilidad en que se encuentran los migrantes para obtener relaciones sexuales a través de extorsiones.
En la demanda se detalla que los solicitantes de asilo fueron llevados con engaños a la zona rural del estado donde se les internó en un hotel en malas condiciones, con olores nauseabundos y falta de higiene inaceptable, infestado de insectos, enchufes eléctricos expuestos y paneles de yeso dañados. El aislamiento de la zona habría facilitado las vejaciones de que fueron víctimas.
Esta vulnerabilidad forma parte la incertidumbre sobre su estatus legal, los impedimentos a su movilidad y la necesidad de suministros básicos.
Una migrante venezolana contó en la demanda que viajó a través de selvas con sus hijos, eludió a traficantes sexuales en México y cruzó ríos, se encontró de repente en una propiedad rural cubierta de nieve (donde estaba totalmente aislada) con sus hijos, enfrentándose a la presión de un soldado de la Guardia Nacional de Nueva York que le exigía tener relaciones sexuales.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, había enviado a los soldados de la Guardia Nacional al lugar “para que actuaran como presencia estabilizadora” tras reportes de violencia y las críticas públicas que brotaron ante la llegada de los migrantes, indica la demanda.
La realidad
Los abusos son de vieja data. Ya en 2018 un trabajador de un albergue para niños migrantes fue acusado de abuso sexual contra ocho adolescentes recluidos la Casa Kokopelli Southwest Key, en Mesa, Arizona.
Los abusos se realizaron entre el 29 de agosto de 2016 al 24 de julio de 2017, cuando Levian Pacheco –quien dio VIH positivo- era un trabajador de cuidado juvenil de donde estos muchachos, que llegaron solos a EEUU, quedaron Unidos, fueron detenidos. “Las víctimas estaban bajo la custodia, supervisión y disciplina del acusado”, indicó la fiscalía. Muchas de las denuncias de los migrantes fueron cajoneadas.
En esta oportunidad, soldados de la Guardia Nacional y personal de DocGo fueron vistos bailando íntimamente y besando románticamente a los huéspedes, y en ocasiones los efectivos llevaron a los migrantes a un hotel cercano donde ellos se alojaban, según la demanda.
Los huéspedes –considerados sus esclavos por los guardias- son especialmente vulnerables, dada su incierta situación migratoria, su falta de movilidad, la necesidad de suministros básicos y otras carencias. Incluso un viaje a un supermercado, se consideraba un gran regalo, se detalla en la querella.
Los solicitantes de asilo formaban parte de un grupo que fue trasladado desde la ciudad de Nueva York tras llegar en 2023. Describieron cómo los engañaron para que viajaran a Búfalo, a unas ocho horas en autobús, después de decirles que estaba mucho más cerca, sólo para que los alojaran en un hotel en malas condiciones, con olores nauseabundos, enchufes eléctricos expuestos y paneles de yeso dañados.
Los colchones tenían manchas profundas y estaban infestados de insectos, lo que provocó que los niños que vivían allí sufrieran repetidas picaduras en todo el cuerpo, se alega en la querella, que pide al menos 9 millones de dólares por concepto de daños y perjuicios por agresión, detención ilegal, daños emocionales y otras causas.
Trump vs Biden, Biden vs Trump
Dos días antes y en plena precampaña electoral de cara a las presidenciales, los senadores republicanos hundieron una iniciativa encaminada a reducir la cantidad récord de cruces fronterizos no autorizados, la cual fue negociada durante cuatro meses con sus contrapartes demócratas, lo que supone una dura derrota para el presidente Joe Biden.
El octogenario mandatario aparece acorralado por el discurso conservador que lo acusa llevar adelante una política de fronteras abiertas y ser responsable de los históricos flujos migratorios hacia territorio estadunidense. Lo paradójico es que la propuesta de reforma fallida constituía una claudicación de Biden ante las demandas centrales del Partido Republicano en materia migratoria.
La realidad es otra y quizá hasta peor: en sólo 10 meses la administración Biden ha deportado a 530 mil personas, mientras que durante la presidencia del ultraderechista Donald Trump, las deportaciones habían promediado 240 mil anuales. Asimismo, en el primer año del actual gobierno demócrata las detenciones de migrantes indocumentados se triplicaron con respecto al último de Trump.
Lógicamente, éste ha usado y abusado de la crisis migratoria para azuzar a su electorado, presentar el naufragio de la iniciativa como gran triunfo, y prometer que, de regresar a la Casa Blanca, desatará una cacería y expulsión sin precedentes de migrantes.
Biden accedió a estas demandas conservadoras con el expreso propósito de obtener 95 mil millones de dólares para perpetuar la guerra en Ucrania, financiar el genocidio de Israel en la franja de Gaza y seguir armando a Taiwán, la isla separatista china cuyos reclamos de soberanía no son reconocidos ni siquiera por Washington. En otras palabras, para globalizar la guerra, a favor de los grandes negocios de la industria armamentista estadounidense y de su discutida hegemonía mundial.
Los analistas estadounidenses señalan que en esta guerra entre los dos candidatos, al presionar a los legisladores de su partido para que la rechazaran la propuesta de la Casa Blanca, Trump dinamitó la posibilidad de consagrar en las leyes su visión xenofóbica y racista con tal de arrebatar a su adversario cualquier elemento que pueda presentar como éxito en el manejo de la frontera, y retener el discurso del peligro migrante como su principal bandera rumbo a los comicios de noviembre próximo.
Los sucesos de Nueva York y la manera en que los solicitantes de asilo son usados como rehenes de las necesidades electorales de demócratas y republicanos exhiben de nueva cuenta el escaso valor de los derechos humanos dentro del país que se arroga la facultad de calificar y sancionar al resto del planeta por su desempeño en la protección de dichas garantías, señala un editorial del diario mexicano La Jornada.
Asimismo, es el enésimo recordatorio de que frenar los flujos humanos por la fuerza es al mismo tiempo cruel e ingenuo, pues las personas que emprenden el viaje en busca de una vida digna o para ponerse a salvo de la violencia no se detendrán mientras prevalezcan las condiciones adversas en sus lugares de origen., añade.
Fuente: rebelion.org