Foto: César Martínez López
Ciudad de México.- Para visibilizar la menstruación de mujeres migrantes, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), junto con CADENA, organización que trabaja desde 2005 en temas de salud, agua, saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés), realizaron el informe Periodos en movimiento. Menstruar en la frontera sur de México, para el cual analizaron datos y entrevistaron a niñas, adolescentes, mujeres en 15 centros de atención migrante y 3 escuelas en cuatro municipios de Chiapas. Los resultados representan un reto para el país, puesto que apuntan a una urgente perspectiva de género en la atención que brindan los centros de atención migrante y mejores políticas para la gestión menstrual.
“Menstruar en tránsito, hace que la gestión menstrual sea un factor secundario, pues la supervivencia, la seguridad y el alimento pasa a ser lo más importante. Es por eso que muchas de mujeres toman pastillas que detienen la menstruación durante el trayecto.
En los últimos años la menstruación ha adquirido mayor visibilidad en la esfera pública, mucho en consecuencia de las movilizaciones feministas que buscan reivindicar los derechos de salud, sexuales y reproductivos, en los que se incluyen las necesidades propias del ciclo menstrual.
Sin embargo, pasar por este periodo natural puede ser complejo para las mujeres migrantes en tránsito, quienes ponen en riesgo su salud al tomar medicamentos para retrasar o no menstruar y muchas se ven orilladas a utilizar cartón, papel higiénico, trapos o pañales para gestionar su menstruación, todo ello en un contexto de falta de acceso al agua para sus necesidades básicas.
En consecuencia muchas de ellas presentan trastornos menstruales como irritación e infecciones vaginales, dismenorreas, polimenorreas o amenorreas, muchas veces ocasionadas por el contexto de estrés y ansiedad en el que viven.
Un problema que no es para nada menor. Datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) indican que tan solo en la primera mitad del 2023, el tránsito de mujeres migrantes incrementó en un 43 por ciento, respecto al mismo periodo del año anterior; mientras que la Secretaría de Gobernación indica que en México hay más de 136 mil mujeres extranjeras, en situación migratoria irregular y 92 mil con permiso de residencia o en calidad de refugiadas que buscan mejores condiciones económicas para ellas y sus familiares.
La Unicef indica que el manejo de la higiene menstrual (MHM) conlleva que las niñas, adolescentes y mujeres puedan usar un material limpio para gestionarla, sumado a que puedan cambiarlo en privacidad, teniendo acceso a instalaciones seguras y convenientes, con la frecuencia necesaria, y que accedan a agua y jabón para el lavado del cuerpo cuando les sea necesario.
Esta actividad fundamental integra tres factores: el acceso a infraestructura de agua, saneamiento y a prácticas de higiene; la provisión de información que incluya conocimientos básicos sobre el ciclo menstrual-ovulatorio (educación menstrual) y los insumos y suministros que mejor respondan a las necesidades de cada persona.
“Dentro de los espacios de alojamiento temporal para personas migrantes se entregan kits de higiene y personales, ambos varían dependiendo del espacio, pero por lo general no incluyen productos para la menstruación, como toallas desechables. El personal que atiende estos espacios concibe la gestión menstrual únicamente en términos de higiene y limpieza”, se lee en el informe.
Por otra parte, tanto en los espacios de alojamiento como en las escuelas participantes, se observó que el personal encargado de insumos estaba conformado mayoritariamente por hombres sin capacitación previa en temas de gestión menstrual ni perspectiva de género, esto obstaculizaba el acercamiento de las mujeres para pedir apoyo.
“Los retos para solicitar los productos y suministros no están únicamente en los espacios de alojamiento temporal; en las escuelas, los productos se encuentran en la dirección o en los salones, y es el personal directivo o el profesorado quien hace entrega de estos productos. Esto no cumple con las condiciones para garantizar seguridad y confianza con las mujeres al momento de solicitarlos”.
De acuerdo a los hallazgos del estudio, también existen deficiencias que a primera vista parecen ser inofensivas, pero terminan generando daños a largo plazo, como es la falta de iluminación en los baños, que podría propiciar abusos y violencias.
“Aplicar la perspectiva de género ayuda a dimensionar y contextualizar cómo estas deficiencias impactan a las niñas y adolescentes”.
Más educación menstrual
Las y los autores enfatizan en el hecho de que la distribución y entrega de toallas desechables no abarca en su totalidad a la gestión menstrual digna, sino que es solo una parte de ésta. Para alcanzar esta meta se requerirá generar estrategias educativas, diseñar infraestructura con las condiciones adecuadas y escuchar las voces y testimonios de quienes ahí menstrúan.
“La educación menstrual es un pilar fundamental para una menstruación digna y abarca información completa, actualizada y sin estigmas ni tabúes”.
Las cifras sostienen esta afirmación. En la primera Encuesta Nacional sobre Gestión Menstrual (ENGM, 2022), realizada por la Unicef, en colaboración con Essity y Menstruación Digna México, se encuestaron a 3 mil adolescentes, mujeres adultas de 12 a 70 años. Los resultados fueron reveladores:
- El 69 por ciento tenía poca o ninguna información cuando llegó su primera menstruación (menarquia), es decir, 7 de cada 10 mujeres no sabían nada sobre la menstruación, en contraste, solo el 30 por ciento llevaba algún tipo de control o registro de la duración de su ciclo menstrual, el tipo de flujo o los síntomas que sentía.
- El 50 por ciento afirmó que tuvieron que dejar de adquirir productos básicos como alimentos, servicios o medicamentos, para poder comprar toallas sanitarias, ya que este producto de gestión menstrual es el más utilizado por las mexicanas.
- El 56 por ciento denunciaron que en sus escuelas o centros de trabajo no las proveen de productos de gestión menstrual.
- Más del 15 por ciento dijeron no contar con infraestructura necesaria para la gestión menstrual en su trabajo o escuela.
Para las organizaciones participantes en la encuesta queda claro que, para lograr una menstruación digna se requiere de la implementación de un conjunto de procedimientos y acciones que incluyen tanto políticas públicas como acciones directas.
En este sentido, una buena política menstrual debe abordar problemas de estigma y discriminación, acceso a los productos y disponibilidad de opciones, instalaciones para la gestión menstrual y soluciones para la disposición de desechos.
Además, de entender que el ciclo menstrual no se reduce a la reproducción, sino que es signo de la salud general delas mujeres, por ejemplo detectar patrones menstruales anormales en la adolescencia puede ayudar a identificar de manera pronta y oportuna posibles problemas de salud en la edad adulta.
De ahí que el término de gestión menstrual, implique elementos esenciales como: la información completa acerca del ciclo menstrual-ovulatorio, un estado pleno de salud menstrual y un manejo de la higiene menstrual.
Avances en México
México ha tenido un avance significativo en materia de creación de leyes para una menstruación digna en los últimos años.
Desde el 2020, la colectiva #MenstruaciónDignaMéxico y activistas menstruales han promovido la gratuidad de productos de gestión menstrual en escuelas públicas, a la fecha nueve estados la han aprobado, aunque falta que se les asigne presupuesto. Los estados son: Aguascalientes, Colima, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Puebla, Oaxaca, Tamaulipas y Yucatán.
Por otra parte también existe la licencia de menstruación. A la fecha cuatro estados la han aprobado, que consiste en que las mujeres podrán ausentarse en caso de tener problemas durante su periodo, con goce de sueldo, ello siempre y cuando estén diagnosticadas con dismenorrea primaria o secundaria incapacitante, un beneficio para entre el 45 y 95 por ciento de las mujeres, con este padecimiento. Al momento los estados que ya la aprobaron son: Colima, Ciudad de México, Hidalgo y Nuevo León.
Además, en octubre del 2021, en la Cámara de Diputados se aprobó eliminar el 16 por ciento del IVA a los productos de gestión menstrual.
Otro esfuerzo es lograr modificaciones a la Ley General de Educación para que en las escuelas se distribuyan de manera gratuita toallas sanitarias y tampones a adolescentes, niñas y con ello evitar el ausentismo escolar causado por este proceso fisiológico natural que puede llegar a ser doloroso. Datos de la ENGM indican que 3 de cada 10 mujeres han dejado de ir a la escuela ocasionalmente por este motivo.
Esta propuesta se inspiró en Escocia, el primer país en el mundo en aprobar una ley a favor de la menstruación digna, la Period Products Act, aprobada en el 2022, que obliga a los centros educativos, hospitales e instituciones públicas a proporcionar productos de gestión menstrual de forma gratuita. Además de exigir al gobierno un plan que permita que cualquier persona que necesite seste tipo de productos, los obtenga de forma gratuita.