Además de la violencia, “la falta de oportunidades económicas, junto con el colapso del sistema de salud y el cierre de las escuelas, proyecta una sombra de desesperación, lo que lleva a muchos a contemplar la migración como su único recurso viable. Sin embargo, para la mayoría de los haitianos, la perspectiva de la migración regular sigue siendo un obstáculo insuperable, por lo que la migración irregular es su única esperanza”, señala la OIM.
Además de quienes marchan a otros países, la OIM da la voz de alarma sobre los desplazamientos internos y alerta de que, aunque la zona más afectada por la violencia es Puerto Príncipe, “la crisis extiende su alcance mucho más allá (…) afectando a comunidades de todo Haití y dejando a más de 360.000 personas desplazadas en todo el país, muchas de ellas en varias ocasiones”.
Según el jefe de la OIM en Haití, Philippe Branchat, prestar asistencia “es una tarea cada vez más abrumadora. El personal humanitario, incluido el nuestro, se enfrenta a desafíos de seguridad sin precedentes, equilibrando el imperativo de ayudar a otros con las crudas realidades del riesgo personal y el desplazamiento”.
La nota detalla que en marzo se entregaron más de 1,5 millones de litros de agua a los asentamientos de desplazados internos, llegando a más de 23.500 personas.
Además, se han distribuido a más de 18.000 personas artículos esenciales como mantas, recipientes de agua, lámparas solares y utensilios de cocina.
Asimismo, se prestan servicios médicos básicos, apoyo psicosocial in situ con asesoramiento grupal y sesiones de psicoterapia individual.
Las repatriaciones de Haití se producen pese a los constantes llamamientos de organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos para evitar las deportaciones, debido a la violencia y la aguda crisis en el país. EFE
Fuente: Infobae