En medio del masivo y notorio flujo migratorio de venezolanos y cubanos, una cantidad nunca antes vista de personas procedentes de la República Popular de China ingresa todas las semanas de manera irregular a Honduras a través de la frontera con Nicaragua.
Entre enero de 2023 y marzo de 2024 ingresaron de manera irregular a Honduras 14,554 chinos, una cantidad extremadamente superior a la registrada por las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) entre 2010 y 2022, período en el cual solamente llegaron 1,040 personas de ese país asiático.
De acuerdo con estadísticas del INM, el 99% de los asiáticos se reportaron ante las autoridades migratorias después de cruzar la frontera en los municipios de Trojes, Danlí y Choluteca.
Sumado al flujo irregular, a través del Aeropuerto Internacional de Palmerola de manera legal ingresaron 1,170, por el Villeda Morales 668 y por otras aduanas 1,056, para totalizar 2,894 entre 2023 y 2024. Sin embargo, estos salieron del país por igual vía.
El flujo migratorio de chinos es impulsado por las facilidades que ofrece Nicaragua a las personas de África y Asia, que arriban a ese territorio para continuar la travesía hacia Estados Unidos.
El incremento de emigrantes asiáticos coincide con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Honduras y China, las cuales iniciaron en marzo de 2023, luego de que Tegucigalpa rompiera lazos con Taiwán.
Graco Pérez, especialista en temas asiáticos, plantea que esos dos factores estimulan y seguirán disparando la migración de chinos que desean continuar su viaje a Estados Unidos.
“Las relaciones diplomáticas con China dan facilidades a los chinos para que lleguen a Honduras, prácticamente esto sucede en toda la región porque tiene relaciones con China. Cuando teníamos relaciones con Taiwán, el ciudadano chino era objeto de mayores controles, ahora no es así”, dijo.
Pérez interpreta la migración de los chinos como una respuesta al frenazo que experimenta la economía de esa potencia asiática y un sistema político que no les ofrece a los ciudadanos la libertad que sí garantiza Estados Unidos.
“Hace muchos años llegaron los primeros chinos a Honduras huyendo del régimen que tenían y buscando oportunidades. En ese momento, países como Honduras eran una oportunidad, y es por eso que al llegar aquí ellos se volvieron comerciantes. Ahora no es así. El objetivo de ellos es el territorio de Estados Unidos”, dice el también catedrático universitario.
La mayoría de los emigrantes chinos abrieron restaurantes, abarroterías y otros negocios de ventas al detalle en Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba.
En 1910 vivían en Honduras alrededor de 44 chinos. En 2024 viven más de 20,000, entre originarios y descendientes.
Esta nueva ola migratoria de orientales está compuesta en 79% por personas en edades comprendidas entre los 31 y 50 años. El 70% es de hombres, 24% de mujeres, 4% niños y 2% niñas.
Pérez descarta que estas personas se queden a vivir a Honduras porque este es un país que se encuentra en una permanente crisis económica y que también es emisor de emigrantes hacia Estados Unidos.
En el futuro, “quienes se podrían quedar en Honduras son los chinos que lleguen a participar en proyectos de construcción o por motivos de hacer inversiones”.
“Ellos podrían encontrar buenas condiciones para desarrollarse en el país, pero igualmente podrían tomar al país como una estación y una vez con dinero partirían para el norte.
Fuente: stereomezapa