Doraly García, es venezolana y es parte de Arepa Viva, es esposa de José León Mejías, quién encabeza la organización de apoyo al migrante. Desde hace seis años reside en Misiones. “Llegué en junio junto con mi hermana, mi mamá, mi hija y mis sobrinos. Antes vino León y organizó todo para luego reunirnos acá”, contó en diálogo con El Territorio.
García es ingeniera geóloga y aún no logró ejercer su profesión en Misiones. En Venezuela trabajó en una empresa hasta que en la crisis del 2000 fue despedida junto a su hermana que trabajaba con ella.
Actualmente es la chef de Lolo Café, restaurante que lleva adelante su marido junto con un nuevo socio posadeño. Se encarga de hacer las arepas, que “hasta el momento tuvieron mucho éxito y son pedidas más allá de que el argentino siempre come sus comidas, por eso buscamos reinventarnos con la inauguración del café para combinar comidas típicas venezolanas con las argentinas”.
Elegir Misiones
Mientras mostraba el proceso de las arepas, contó que la congregación San Pedro de la Iglesia Evangélica Luterana Unida es la encargada de darle apoyo a los migrantes que llegan a Misiones, y junto con Arepa viva gestionan la ayuda que necesiten.
Al ser consultada sobre la decisión de vivir en Misiones, sostuvo que “José sufrió un asalto muy grave con un arma en la cabeza. Además de que el sueldo nos alcanzaba para comer unos pocos días, esa situación fue la gota que rebasó el vaso”.
“Me siento cómoda en Misiones, está toda mi familia aquí. Aún no conseguí trabajar de lo que estudié pero con las arepas nos va muy bien. Además de otras comidas típicas que vendemos como el pan de jamón. La gente de Misiones es muy cálida, es un lugar tranquilo y seguro”, sostuvo.
Expresó que el Estado en donde vivía en Venezuela “los ciudadanos eran igual,eran amables y solidarios, por eso nos adaptamos muy bien”.
“Cuando salimos de Venezuela mi objetivo era ir a Buenos Aires, pero a José le gustó mucho Misiones. Primero estuvo en Montecarlo y cuando llegó a Posadas a hacer los trámites migratorios, eligió quedarse aquí”, detalló.
Dejar su país
García hizo hincapié en que cuando uno deja su país apunta a desarrollarse en un lugar mejor.
“Quería darle un mejor futuro a mis hijos, y sobre todo a mi mamá que es mayor”.
Al no encontrar un trabajo vinculado a su profesión, tomaron la decisión de emprender en la gastronomía venezolana “a fin de superarse y sobrevivir a los meses venideros”, de los cuales ya pasaron seis años viviendo en la tierra colorada. “Aún tenemos parientes en Venezuela, pero no son directos. Tengo un hermano que migró hacia Francia desde hace más años”, dijo.
“Me gusta vivir en Misiones y no cambiaría mi vida actual porque ya nos acostumbramos solo deseo que Argentina progrese y todo vaya bien para que a todos nos pueda ir mejor”, finalizó.
Fuente: elterritorio.ar
