La Comisión Interamericana de Derechos Humanos advirtió el viernes que en Colombia hay una crisis humanitaria derivada del flujo de miles de migrantes que están intentando cruzar la peligrosa selva del Darién en su camino hacia Estados Unidos.
“Existe una evidente situación de crisis humanitaria: la gente tiene hambre, no tiene salud, sufre violencia, extorsiones, violaciones, y lo que advierte la CIDH es una ausencia del Estado”, señaló a la prensa la comisionada Andrea Pochak, relatora sobre Movilidad Humana.
La CIDH recorrió Necoclí, un pueblo costero de Colombia cercano a la selva del Darién, como parte de una visita en terreno de ocho departamentos que finalizó el viernes para observar el impacto de la violencia en los derechos humanos en todo el país y en la que se entrevistó con autoridades estatales, comunidades étnicas, víctimas, migrantes, políticos y el sector privado.
El año pasado, más de 520.000 personas cruzaron la inhóspita selva sin carreteras, según el departamento migratorio de Panamá, el doble que en 2022.
La travesía por la selva se puede extender por cinco días por caminos resbaladizos, montañas empinadas, cruces de ríos caudalosos y exposición a animales salvajes. Además, están expuestos a bandas criminales y se ha dado casos de extorsiones, abusos sexuales o asesinatos.
Según Pochak, es urgente prestar ayuda humanitaria a la población migratoria, especialmente del Estado a nivel nacional o local, porque actualmente la ayuda proviene de instituciones de cooperación internacional.
La delegación de la CIDH —que incluyó comisionados, la secretaría ejecutiva y relatores— viajó durante la semana por departamentos donde hay presencia de grupos armados y problemas marcados de pobreza y desigualdad.
En sus observaciones preliminares, la CIDH señaló su especial preocupación por el control territorial que ejercen grupos armados ilegales en territorios de poblaciones étnicas que generan “confinamiento y desplazamiento interno, cuya magnitud configura una crisis humanitaria que da lugar a la pérdida de su identidad cultural y pone en riesgo su supervivencia”.
“Ha habido una transmutación del conflicto, hace 12 años el conflicto estaba caracterizado por intereses políticos, ideológicos, hoy no podemos decir lo mismo… Los unen intereses económicos en controlar economías ilegales”, indicó en la rueda de prensa María Claudia Pulido, secretaria adjunta de la CIDH. “Es otro conflicto, aunque la violencia es la misma”.
Fuente: independentespanol