La cuarta edición de la operación “Turquesa” se desarrolló entre el 28 de noviembre y el 2 de diciembre y asoció a cuerpos policiales de todo el continente con la organización internacional basada en Lyon (Francia).
La operación detectó un total de 9.015 inmigrantes y liberó a 126 mujeres y dos hombres que estaban siendo víctimas de trata, según los datos provisionales divulgados este miércoles por Interpol en un comunicado.
La mayoría de las víctimas eran de nacionalidad venezolana y colombiana.
“El tráfico de personas y de migrantes son negocios criminales multimillonarios, que financian a los grupos de crimen organizado y violan los derechos fundamentales de las víctimas”, señaló el secretario general de Interpol, Jürgen Stock.
Añadió que los agentes han escuchado historias “desgarradoras” de explotación sobre los migrantes internacionales.
Durante la operación, los agentes realizaron controles reforzados en zonas previamente identificadas como “puntos clave”, especialmente pasos fronterizos, terminales de autobuses y aeropuertos.
Muchos casos se refirieron a la intercepción en América Central de migrantes “de todo el mundo”, así como a la detección en México de 2.400 personas procedentes del continente americano (Cuba y Venezuela), África (Angola, Burkina Faso, Guinea y Etiopía) y Asia (Bangladesh y Nepal).
En Nicaragua, la policía detectó a más de 2.000 migrantes de países africanos, asiáticos y americanos (sobre todo Haití y Ecuador), con destino a Estados Unidos y Canadá.
En Chile, los controles en las fronteras con Bolivia y Perú detectaron a unos 300 migrantes venezolanos y bolivianos, incluidos varios menores.
Y en Honduras, una mujer de 30 años fue detenida como organizadora de la explotación sexual de tres menores. EFE
Fuente: Swissinfo