La crisis migratoria que se vive en la frontera entre Bielorrusia y Polonia enfureció a la UE, que propuso financiar nuevas vallas para acabar con los cruces ilegales
CIUDAD DE MÉXICO.
La llegada de miles de personas a la frontera que comparten Bielorrusia y Polonia puso sobre la mesa una iniciativa para erigir muros que mitiguen los intentos ilegales de llegar a Europa.
El 9 de noviembre de 1989, cuando cayó el Muro de Berlín, sólo había 15 muros, en la actualidad hay 75, según Elisabeth Vallet, investigadora de la Universidad de Quebec.
Su destrucción no llevó al mundo a la integración.
“Enfrentamos un ataque brutal, híbrido, de nuestras fronteras de la UE. Bielorrusia explota las penurias de los migrantes de una forma cínica y estremecedora”, afirmó el 11 de noviembre el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien estaba en Alemania, para conmemorar el 32 aniversario de la caída del Muro de Berlín.
“Hemos iniciado el debate en torno al financiamiento de una infraestructura fronteriza física en la UE”, dijo.
Además del que divide a México y Estados Unidos (inconcluso), muchos otros quedaron inconclusos, pero cumplen su objetivo: obstaculizar el paso de migrantes que buscan una mejor vida.
Para Óscar Misael Hernández, profesor en el Colegio de la Frontera Norte (Colef), la idea de muro está íntimamente relacionada con las fronteras.
“Muro significa pared exterior. Frontera significa frente. Cuando lo vemos históricamente, la noción de frontera se empieza a usar cuando en la colonización soldados europeos son mandados al frente, se posicionan ahí”, explicó el académico en entrevista con Excélsior.
Vía telefónica desde Matamoros, el experto sostuvo que el concepto está ligado a un lenguaje de guerra, “es el trasfondo de los muros”.
“La función del muro es dividir. Hay que marcar la división y al mismo tiempo limitar espacios. Los muros no sólo dividen, también repelen a los llamados terroristas, sea lo que eso signifique, a migrantes o a los traficantes”, enfatizó.
Tal es el caso del muro fronterizo entre México y Estados Unidos, repeler a esos actores, insistió.
“El sustento precisamente de esta función de repeler es que se define un enemigo público: una figura que se hace pública porque supuestamente atentan contra mi propia seguridad nacional y cuestionan el papel del Estado para proteger no solo su territorio, sino también a su población”, aseguró el académico.
Otra función es la de contener.
“No es sólo protegernos del exterior, sino contener a la población para que no tenga influjos externos. En estos casos el sustento es una disputa ideológica”, afirmó.
El especialista radicado en Matamoros detalló que en el siglo XX hubo un incremento de muros o vallas divisorias después de la Segunda Guerra Mundial, luego en tiempos de la Guerra Fría, con tensiones ideológicas.
De acuerdo con el informe Construyendo muros, miedo y seguridad en la Unión Europea, desde la década de los 90, tras la caída del Muro de Berlín, en Europa se han construido mil kilómetros de muros o vallas.
Nueve de los 27 miembros de la Unión Europea han construido vallas divisorias.
Se trata de España, Grecia, Hungría, Bulgaria, Austria, Eslovenia, Latvia, Estonia y Lituania.
También lo ha hecho Reino Unido.
La mitad de los muros que se han construido desde la Segunda Guerra se levantaron en este siglo. En sólo 17 años se construyeron el mismo número de muros fronterizos que en los 55 años del siglo pasado después de la Guerra.
La UE lanzó fuertes críticas al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, a quien acusan de abrir sus fronteras para permitir que las personas se desplacen por Europa.
El presidente del Consejo Europeo instó al bloque a ampliar las sanciones contra los responsables de los flujos migratorios.
Las imágenes de miles de personas provenientes de Oriente Medio y África en la frontera bielorrusa dieron la vuelta al mundo.
Entre esas personas, hay muchos afectados por conflictos en Siria, Libia, Irak y Afganistán.
El enojo de la UE creció al ver videos de migrantes que son transportados desde el aeropuerto de Minsk hasta la frontera con Polonia y Lituania.
“Bielorrusia está cumpliendo con su máximo deber de detener la migración ilegal. Las razones (de este nuevo flujo) se pueden encontrar en el apoyo de los países de la UE a los levantamientos sociales en regiones donde las vidas han sido destruidas o hay guerras”, subraya el sitio web del Servicio de Fronteras de Bielorruso.
Fuente: excelsior.
