de Steve Suwannarat
Casi 6.000 personas ya han cruzado la frontera con Tailandia debido al recrudecimiento de los combates en Myanmar. La Comisión de Derechos Humanos de Tailandia pide al gobierno que ayude a los refugiados y a los ciudadanos tailandeses de las zonas de Mae Hong Son y Tak.
Bangkok (AsiaNews) – Aumenta el número de migrantes birmanos en la frontera occidental de Tailandia. El gobierno tailandés recibe crecientes presiones para que abra sus puertas al menos a una parte de las personas que huyen de los bombardeos y las redadas de la junta militar que ocupa el poder en Myanmar desde el primero de febrero de 2021. Cabe mencionar que los birmanos también huyen de los combates en los que participan cada vez más las Fuerzas de Defensa Popular y las milicias étnicas, a medida que el conflicto se intensifica, azotando cada vez más a la población civil.
Hay más de 300.000 desplazados internos, especialmente en las zonas habitadas por minorías, en el norte y el este de Myanmar. En los estados de Chin, Kachin, Kayah, Shan y Karen se concentra el mayor número de cristianos. Unos 6.000 ya han cruzado la frontera tailandesa, para huir de los enfrentamientos entre los militares y los combatientes Karen. Una situación que inevitablemente implica a los tailandeses que viven cerca de la frontera y que podría exponerlos a acciones bélicas.
De todas partes surgen llamamientos para proteger a la población civil. El último proviene de la Comisión de Derechos Humanos de Tailandia, que ha pedido al gobierno de Bangkok que ponga en marcha urgentemente iniciativas para apoyar a los refugiados y a los ciudadanos tailandeses de las zonas de Mae Hong Son y Tak.
La Comisión se creó en 1992 y siempre ha tenido una actuación limitada, más aún tras el golpe de Estado de mayo de 2014. El organismo recordó que en el pasado, Tailandia se distinguió por su acogida de los refugiados durante el conflicto indochino y frente a la represión que las minorías y opositores sufrían en los países vecinos. Por tanto, el organismo instó a las autoridades a brindar asistencia y cuidados adecuados -considerando asimismo la pandemia del Covid-19, que, si bien en el lado tailandés de la frontera es motivo de preocupación, en el lado birmano parece estar fuera de control.
Por ello, tras instar “a los organismos implicados a que garanticen la seguridad de los ciudadanos tailandeses que viven en la frontera mediante la construcción de instalaciones esenciales, planes de contingencia y sensibilización”, la Comisión expresó su esperanza de que, en esta crisis, la “prioridad de todas las partes sea ayudar a las víctimas, velando por la tutela de los derechos humanos”.
