El forense Pavlos Pavlidis intenta identificar sus cuerpos.
Miles de migrantes arriesgan su vida en el río Evros, entre Grecia y Turquía. Muchos perecen en su intento de llegar a la UE. En la mayoría de los casos se desconoce su identidad.
El río Evros no sólo marca la frontera entre Grecia y Turquía. Una valla fronteriza, ampliada continuamente desde el año 2020 a lo largo de la ribera griega, es la imagen que simboliza la fortaleza Europa: una verja de última tecnología para frenar los flujos de migrantes hacia la UE.
Pero a pesar de esta construcción de acero de cinco metros de altura y 38 kilómetros de longitud, son miles las personas que arriesgan su vida para llegar a la UE atravesando el río. Se desconoce la cifra de los que perecen en el intento. En el año 2022 fueron más de 60 los muertos encontrados tan sólo en la orilla griega; un triste récord.
Pavlos Pavlidis es catedrático de medicina legal en la Universidad de Alejandrópolis.
Cuando se encuentra un cadáver en el río o en los bosques adyacentes, acaba en la mesa de obducción de Pavlidis. No sólo intenta fijar el momento exacto del deceso o las causas de la muerte, sino también de quién pudo tratarse. Porque los que mueren en la frontera rara vez llevan papeles consigo y están muy desfigurados después de varios días en el agua. Pero cada una de estas personas tiene padres, amigos esperándoles y para quienes resulta insoportable no tener noticias sobre el paradero de su familiar.
Si Pavlidis no tiene éxito, el enterrador local sepulta a los muertos anónimos en el cementerio para personas desconocidas.
Fuente: DW