Las mismas fuentes sostuvieron que los traslados responden a las presiones del Gobierno de Estados Unidos a la Administración de Andrés Manuel López Obrador.
“Todo esto se está haciendo para complacer a los estadounidenses, que están muy preocupados por la migración (…) Se están haciendo esfuerzos para acelerar las expulsiones”, aseveró uno de los funcionarios mexicanos.
Hasta mediados de agosto, México había enviado aproximadamente a 13.000 personas desde ciudades del norte del país hacia su frontera sur, en alrededor de 100 vuelos, con el objetivo de devolver a los migrantes a Centroamérica, señalaron funcionarios mexicanos familiarizados con el asunto.
A finales de mayo, el propio Gobierno mexicano señaló que se realizaron cuatro vuelos de retorno de migrantes al iniciar un denominado “puente aéreo”, hacia el sur, aunque no especificó cuántas personas trasladaron.
El Instituto Nacional de Migración de México declinó hacer comentarios. El Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó en un comunicado que apoyaba un sistema migratorio humano que respete las leyes nacionales e internacionales y que trabaja con Washington para abordar las causas de la migración.
El panorama se presenta en momentos en los que el mandatario estadounidense Joe Biden enfrenta cada vez más críticas por su gestión de la migración. Los republicanos lo acusan de motivar la situación tras un discurso a favor de los migrantes, que, sin embargo, luego matizó ante el aumento de centroamericanos, incluidos niños, a su frontera.
Fuente: France24