Desde el 12 de octubre Estados Unidos expulsa a los venezolanos migrantes que entren a su territorio en la frontera sur, por México.
Una medida del gobierno de Joe Biden para frenar los flujos migratorios de nacionalidad venezolana y que lleva por nombre «parole humanitario«, significó un giro de la administración demócrata. Entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, más de 150 mil personas venezolanas ingresaron a ese país, donde se entregaban a la Policía Fronteriza y pedían asilo.
Pero desde hace 18 días, el llamado parole solo permitirá el ingreso de 24.000 personas, que deben contar con un patrocinador en EEUU y cumplir con una serie de exigencias que impuso el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).
Deportaciones o expulsiones
Esto significa que todos los que entren sin documentos por vía terrestre serán deportados a México, bajo la aplicación del Título 42, un decreto federal del gobierno de Donald Trump, que se mantiene e impide a quienes piden asilo obtenerlo, bajo el argumento de la pandemia del COVID-19.
Con esta decisión, del lado mexicano en Ciudad Juárez el número de venezolanos que intentaba llegar a EEUU creció, los albergues colapsaron y las personas duermen en las calles en campamentos improvisados, a la intemperie y en el mejor de los casos en carpas.
Daryana fue una de las que cruzó toda Centroamérica, pasó con su hijo de cinco años por la selva del Darién y no pudo pasar a territorio estadounidense.
«Venimos con los niños, nos toca pasar selva, nos toca caminar bastante, venimos huyéndole a la migración, los niños se enferman«, expresó a la agencia española Efe.
Llamó a que tomen en cuenta a grupos familiares que aún quieren cruzar al lado estadounidense, por Texas, ante la falta de recursos para regresar a Venezuela u otros países de donde salieron para llegar a EEUU.
Una expulsada
Fany Sulain sufrió la expulsión de Estados Unidos, por el título 42 y lleva dos semanas en un campamento en Ciudad Juárez.
«Esto es algo que da pesar, queremos luchar para cruzar, no es fácil como madre vivir esto pero mi esperanza es poder cruzar. La gente nos ha dado donaciones, la carpa, comida, pero esto es difícil», detalló a la agencia española de noticias.
La crisis migratoria en las fronteras sur y norte de México es resultado del acuerdo que tomaron los Gobiernos de México y Estados Unidos hace tres semana en virtud del cual el estadounidense ofrecerá 24.000 visados para personas venezolanas.
Además, quienes son expulsados de territorio estadounidense no pueden pedir asilo en México, que abandonó el programa Protocolos para la Protección del Migrante (MPP, en inglés), lo que pone más cuesta arriba la vida de venezolanos migrantes en Ciudad Juárez.