Así lo demuestran los más de 92.000 ecuatorianos que, solo en 2021, salieron a México y ya no regresaron, según los datos del Ministerio del Interior.
En algunos casos son familias enteras las que, captadas por los coyoteros, han pagado sumas que van desde los 10.000 a 20.000 dólares por un arriesgado trayecto donde se juegan la vida.
Al menos en Ambatillo Alto conocen el caso de una persona que murió en su intento por alcanzar la frontera con los Estados Unidos, aunque Masabalín elude dar más datos cuando se le pregunta por esta historia.
QUEBRADOS Y ENDEUDADOS
Para esta población, dedicada principalmente a la confección artesanal de calzado y al cultivo de fresas, la crisis económica causada por la pandemia de la covid-19 ha sido atroz y aún persiste.
“La mayoría han quebrado”, lamenta Masabalín, mientras que otros habían contraído deudas y se veían urgidos de cumplir con sus acreedores.
“A veces nuestros compañeros, por buscar solventar sus deudas, arriesgan sus vidas. Nos preocupa que no vayan legalmente, y cuando fallecen o les pasa cualquier otra cosa”, remarca la dirigente comunal, que pide soluciones y ayudas al Gobierno.
Ante el creciente número de viviendas deshabitadas, los dirigentes de la comunidad obligan a las familias que se marchan a dejar a otro pariente a cargo de la casa, a la vez que han implementado rondas nocturnas compuestas por grupos de vecinos para evitar robos.
HAMBRE, FRÍO Y MALTRATOS
En una cancha de fútbol sala desierta, que se encuentra al lado de una iglesia cerrada, está Luis Ernesto Chuncha, dirigente del barrio de Manzanapamba, quien cuenta que su hermano y su cuñado emigraron a Estados Unidos hace aproximadamente un año atrás.
“Aunque con sufrimiento, ellos han encontrado mejores días en el exterior”, señala a Efe Chuncha, cuya familia ayudó a reunir el dinero solicitado por los coyoteros para el viaje, que va de 12.000, 15.000 o 20.000 dólares, “depende de las circunstancias y el tiempo”.
“El objetivo era llegar, y han llegado, pero vivieron experiencias duras. Lo que nos han contado es que tuvieron que pasar hambre, frío y el maltrato de la gente que les lleva, y en el punto mismo para ingresar a Estados Unidos”, narra Chuncha.
“Ahora están estables. Están trabajando y enviando recursos, y es un punto importante para el desarrollo económico de las familias y del país”, agrega.
REMESAS DE RÉCORD
Precisamente, esas remesas que envían los ecuatorianos residentes en el extranjero marcaron en 2021 un récord histórico al alcanzar los 4.362,6 millones de dólares, lo que supuso un 4,1 % del producto interior bruto (PIB) de Ecuador.
El 63,5 % del volumen de las remesas procedió de Estados Unidos, lo que equivale a 2.768,1 millones de dólares inyectados por los ecuatorianos emigrados en la economía doméstica de miles de familias en Ecuador.
La situación es casi idéntica en otras comunidades vecinas como Quisapincha, donde se aprecia algo más de movimiento, aunque la gran plaza principal luce sin casi vida, solo ocupada por un conjunto de puestos de venta de artículos de cuero que esperan pacientemente a que alguien, con suerte, pase durante el día por delante.
En esta localidad, las autoridades parroquiales apuntan a que entre el 40 % y el 50 % de la población se ha marchado en los últimos meses, en un fenómeno migratorio que siempre ha existido, pero que se ha acelerado exponencialmente como otra de las crudas consecuencias de la pandemia.
Fuente: eldiario.es