La periodista dedica un espacio a abordar un tema con matices de opinión: la obligación que sienten los jóvenes y no tan jóvenes migrantes de ayudar económicamente a quienes se quedaron en Venezuela
«El caso es que el fenómeno migratorio, sumado a la profunda crisis económica venezolana (y mundial también), ha hecho que aparezca una figura en muchos hogares de nuestro país: la del joven -y a veces no tan joven- migrante (o que vive en Venezuela pero gana en dólares) que termina manteniendo a todo el familión (y hablo de papás, abuelos, tíos, cuñados, primos segundos…), así viva muy lejos de su parentela», dice Tabuas.
La periodista destaca que se trata de un fenómeno que tiene muchos matices, puesto que cada caso, cada hogar y cada familia es diferente y atraviesa diversos retos. «Para algunos el tema de tener que enviar mensualmente remesas a sus parientes es una carga que no pueden sostener porque también tienen gastos propios que solventar; unos cuantos sienten que es un deber moral; hay quienes se sientes felices de poder apoyar«.
Tabuas recopiló diversas opiniones que nacieron de un debate realizado en redes sociales. En él se ve cómo algunas personas narraban que han dejado de publicar en sus redes sociales cuando van a un restaurante, obtienen un logro o viajan para que sus familiares no les exijan más remesas.
“Hay una creencia de que porque vives en el exterior eres millonario y tienes que mandar muchos dólares. Nadie piensa en la realidad de cada país, en que también hay inflación afuera y la plata no rinde igual. Imposible mantener a un país dolarizado”, comentó la tuitera Gisela Durán.
Fuente: El Pitazo