Unos 14.000 efectivos de la Guardia Nacional de México fueron desplegados en la frontera sur del país para detener el paso de los migrantes que iban en tránsito hacia EE. UU. Los viajeros fueron dispersados y hubo rechazo ante el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades. El Gobierno mexicano reconoció que su política para contener a los migrantes no es suficiente y en cambio le pidió a Estados Unidos apoyo a los proyectos de desarrollo en la región y visas de trabajo.
El sur de México fue el punto de partida de nuevas caravanas de migrantes que buscaban llegar a Estados Unidos. Sin respuesta a sus solicitudes de asilo y cansados de esperar un permiso de tránsito, muchos decidieron viajar en grupo. “Le pedimos al Gobierno de México que, por favor, cree un corredor humanitario para que podamos viajar a la frontera”, señalaba Carlos Correa después de salir de Tapachula.
Sin embargo, su camino fue bloqueado por agentes de la Guardia Nacional mexicana y por efectivos de los servicios de migración. El accionar violento de las autoridades recibió críticas de organizaciones de Derechos Humanos, e incluso hubo destituciones por la fuerza desmedida contra los migrantes.

Pese a las imágenes que confirman la actuación de los uniformados, el Gobierno de México recalca que respeta los derechos de los que transitan su país y asegura que lo que busca es protegerlos de los peligros que pueden enfrentar a su paso por el territorio. “Permitir la introducción por completo al territorio, que atraviesen nuestro país, significan muchos riesgos de violación de derechos humanos, sobre todo en la frontera norte”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en una de sus alocuciones matutinas.
Sin embargo, el más reciente no es el único episodio en el que México envía a la Guardia Nacional a custodiar sus fronteras. Las autoridades comenzaron a aplicar dicha medida durante la Administración de Donald Trump y también hubo represión por parte de los uniformados.
En dichas caravanas disueltas viajaban grupos de haitianos que salieron de Brasil o Chile y en esa travesía tuvieron que cruzar Bolivia, donde denuncian que también son víctimas de abuso por parte de las autoridades.
La llegada de Joe Biden a la Presidencia y su cambio de discurso alentó la migración hacia Estados Unidos, pese a que el Gobierno demócrata ha insistido en repetidas ocasiones que “no es momento de emigrar”.
Fuente: france24