Dacca, 27 abr (EFE).- La organización Human Rights Watch (HRW) denunció este martes presuntas torturas y la detención arbitraria de varios refugiados rohinyás por tratar de abandonar una isla remota a la que habían sido trasladados de manera supuestamente voluntaria para descongestionar los campamentos en el sureste de Bangladesh.
El Gobierno bangladesí ha reubicado hasta ahora en Bhasan Char, en la bahía de Bengala, a unos 20.000 refugiados a pesar de las preocupaciones de los grupos de derechos humanos por las condiciones en esta isla propensa a las inundaciones y que estaba deshabitada.
HRW aseguró en un comunicado que el pasado 6 de abril las fuerzas de seguridad arrestaron y golpearon a al menos una docena de refugiados cuando trataban de salir de la isla, restringiendo además su libertad de movimiento.
Según el relato de algunos testigos, las fuerzas de seguridad golpearon a los rohinyás durante un interrogatorio en la estación de Policía recién construida en Bhasan Char.
El director para Asia de HRW, Brad Adams, recordó que Bangladesh “salvó innumerables vidas” al permitir la entrada a los rohinyás que huían de la ola de violencia que estalló en Birmania (Myanmar) contra este minoría en agosto de 2017, “pero eso no justifica detenerlos en una isla y golpearlos si intentan marcharse”.
“La carga que ha asumido Bangladesh con la protección de los refugiados rohinyás no niega su responsabilidad para garantizar que estén seguros y que se respeten sus derechos”, añadió.
Las familias de al menos dos de los rohinyás detenidos aseguraron a HRW que carecen de información sobre el paradero de sus allegados, e incluso denunciaron haber recibido llamadas de supuestos policías solicitando sobornos para revelar su paradero.
LA POLICÍA NIEGA LAS ACUSACIONES
El oficial de Policía a cargo de la comisaría de Bhasan Char, Mahe Alam, negó en declaraciones a Efe las acusaciones de tortura o la detención de rohinyás por tratar de abandonar la isla, pero reconoció que ninguno de los refugiados puede abandonar el lugar.
“Es una acusación falsa. A veces algunos rohinyás intentan irse y los llevamos de regreso al campamento, pero nadie fue detenido por eso”, afirmó Alam.
El agente detalló que hasta ahora han arrestado a un total de veintisiete refugiados en la isla, aunque por otros cargos, incluidos once rohinyás a los que se detuvo por robo tras probarse judicialmente su delito, dijo.
Bangladesh anunció en 2017 por primera vez su intención de reubicar a unos 100.000 rohinyás en la isla de Bhasan Char, de unos 40 kilómetros cuadrados, aunque el proceso se retrasó por las dudas internacionales hasta el pasado diciembre, cuando se trasladó al primer millar de refugiados.
Unos 738.000 rohinyás llegaron a Bangladesh tras el estallido en agosto de 2017 de una campaña de persecución y violencia por parte del Ejército de la vecina Birmania, que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica y un posible genocidio, crímenes de lesa humanidad que investigan los tribunales internacionales.
Ambos países han intentado en dos ocasiones desbloquear la repatriación de los miembros de esta minoría, mayormente musulmana, pero estas iniciativas han fracasado al negarse a regresar hasta que Birmania les garantice la ciudadanía y seguridad en su tierra natal.
El golpe de Estado militar en Birmania el pasado 1 de febrero ha sembrado nuevas dudas sobre el posible retorno en un futuro próximo a sus hogares en la región birmana de Rakáin. EFE