La vicepresidente de EEUU evitó hablar de las políticas migratorias de Biden que comenzaron por revertir las medidas del expresidente Trump
Kamala Harris quedó al frente de la crisis fronteriza hace casi dos meses, pero no ha visitado personalmente la frontera sur de Estados Unidos, ni ha ofrecido una rueda de prensa para mostrar avances. Según el presidente Joe Biden, Harris asumía dos objetivos básicos: frenar la llegada de migrantes ilegales y supervisar la colaboración con los países del Triángulo Norte.
Como previeron expertos y congresistas republicanos, las últimas cifras de encuentros fronterizos subieron. Al cierre de abril se contabilizaron 178.622 indocumentados interceptados por agentes fronterizos, un claro aumento en comparación con marzo que había llegado a los 173.348. De hecho, marzo ya se había convertido en el pico más alto en los últimos 20 años.
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El dilema al que se enfrenta Harris fue tratado en una reunión virtual con miembros hispanos del Partido Demócrata. Allí la vicepresidente de EE. UU. sorpresivamente responsabilizó a los «incidentes climáticos extremos» por el empeoramiento de la migración ilegal desde Centroamérica. No hubo mención a la flexibilización de políticas migratorias que puso en práctica Biden, sin proyecciones de conocimiento público de cómo podría influir internamente en EE. UU.
«La vicepresidente Harris ha mostrado poco interés en observar lo que está sucediendo a lo largo de la frontera y no ha articulado ningún plan para hacer frente a los efectos devastadores de esta crisis», afirmó el fiscal general de Arizona, Mark Brnovich, al referirse a Harris por no ver el problema en primera persona desde la frontera.
Harris mencionó durante la reunión dos huracanes recientes y una sequía en Guatemala, según una nota de The Washington Times. “Lo que eso significa para la base económica de esta región, particularmente porque una gran parte de su fortaleza económica ha estado en su industria agrícola… ha sido directamente impactada por el clima extremo”, agregó.
¿Estados Unidos de último lugar?
En ocasiones anteriores, la vicepresidente ha resaltado el abordaje de supuestas «causas fundamentales» del problema. Justamente el cambio climático es, a su juicio, una de estas. También ha hecho mención a factores «de larga data» como corrupción, violencia y pobreza.
Sin embargo, la Administración Biden ha negado reiteradas veces los informes y argumentos que la responsabilizan de la crisis en la frontera. Suspender la construcción de muro ha sido de las medidas más representativas, pero muchas otras fueron detalladas en un balance del Partido Republicano que cobró especial protagonismo por anular órdenes del expresidente Donald Trump apegadas al lema «America first«, centrando la atención de la Casa Blanca en los problemas de EE. UU, antes que en otras naciones.
A inicios de mayo, Harris ofreció un discurso breve como nueva encargada fronteriza. En lugar de abordar estos temas dijo que EE. UU. enviaría 310 millones de dólares adicionales a países centroamericanos. La meta de la Administración demócrata es invertir 4000 millones de dólares en los próximos cuatro años en Centroamérica,. La atención está puesta especialmente en el Triángulo Norte —Guatemala, Honduras y El Salvador— donde el Gobierno demócrata tendría que enviar alrededor de 2000 millones de dólares mensuales solo en ayuda.
«Kamala Harris podría haber caminado hasta la frontera de Texas en el momento en que se le dio la responsabilidad de resolver este problema y [ella] no ha hecho nada», declaró el senador republicano por Florida, Rick Scott.
Faltan espacios para niños no acompañados
Harris viajará a Guatemala y México en junio, aunque sigue sin haber información sobre visitas a la frontera sur. Mientras tanto, los albergues temporales registran gran cantidad de indocumentados, especialmente niños no acompañados.
El Gobierno de EE. UU. tiene en total más de 22000 niños bajo su custodia y con trabajadores insuficientes para ayudar a entregarlos a sus familiares, reseñó recientemente The Associated Press. La Administración Biden ha tenido que recurrir a contratos mil millonarios para subsanar el déficit de espacios y de personal.
La nota detalla que en el apuro por proporcionar nuevas instalaciones, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS en inglés) otorgó los contratos más grandes, por valor de más de 2000 millones de dólares a dos empresas y una organización sin fines de lucro sin un proceso de licitación y ha eximido a los proveedores de los requisitos de personal que exigen las instalaciones para niños con licencia estatal. La cifra total desde febrero sería de 3000 millones de dólares para atender a niños no acompañados.
Niños en albergues han asegurado que no se habían reunido con los administradores de casos, encargados de reunirlos con miembros de la familia. La cifra genera preocupación porque es el segmento de migrantes más propensos a abusos y tragedias. Han quedado registros de coyotes abandonando niños en la zona para evadir a los agentes policiales.
«Es intentar de buena fe hacer lo correcto, pero es una tarea casi imposible», declaró Steve Rosenbaum, abogado de La Raza Centro Legal, que representa casos de niños migrantes.
Fuente: panampost