Desde 1992, los rohingyas, una minoría musulmana, sufren una severa persecución en Myanmar. Tras las masacres perpetradas por el Ejército birmano en 2017, 740.000 personas huyeron en masa a la vecina Bangladesh, que los acogió en el campo de refugiados de Cox’s Bazar, en el sur del país.
Desde el Cox’s Bazar, el campamento de refugiados más grande del mundo, los integrantes de esta perseguida comunidad siguen pidiendo el retorno a su tierra, que se les reconozca la ciudadanía y otros derechos básicos que muchos de ellos no han conocido.
Pero tras cinco años de haber llegado a Bangladesh, muchos han perdido la esperanza de hallar seguridad y reconocimiento en lo que consideran es su tierra. Esta es la historia: