A diferencia de la relación histórica que hay entre Canadá o México con Estados Unidos, la relación bilateral Canadá-México es aún lozana. Si bien sus relaciones diplomáticas datan de 1944, fue a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, 5 décadas después, cuando sus vínculos comerciales y económicos se exacerbaron, reforzando así el diálogo bilateral y la identificación de intereses en común más allá de su vecindad geográfica con Estados Unidos.
En materia migratoria, ambos países se distinguen por presentar experiencias disímiles. Por un lado, México es el segundo país con más migrantes en el mundo; 98% de su población migrante reside en Estados Unidos, lo que equivale a cerca de 12 millones de personas. Por el otro, Canadá es el segundo país de destino más importante, después de Estados Unidos, en el continente americano y se ubica como el octavo receptor de población migrante a nivel mundial. Con un total de 36.3 millones de habitantes en 2021, una cuarta parte de su población es migrante (8.4 millones).
Canadá como destino de la migración
Identificado como un país abierto a la población migrante, los procesos y los flujos migratorios hacia Canadá han experimentado diferentes facetas de restricción, selectividad y apertura. Durante varios siglos, como describe en su revisión histórica Benedict Bradley, los flujos migratorios procedían principalmente de Gran Bretaña, Europa continental y Estados Unidos. La determinación de los lugares de origen provocó, como advierte el análisis de Mónica Verea, la creación de una política excluyente vinculada a la idea de una “Canadá blanca”.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, Canadá robusteció su entramado institucional, legislativo y normativo para modernizar su política migratoria. En 1967 se emitió la Ley de Migración, que dio lugar al establecimiento de un sistema de puntos para la selección de su población migrante y la administración de sus flujos migratorios. Este sistema ha tenido múltiples ajustes según los intereses estratégicos del país, además de ser acompañado de nuevos mecanismos y formas de regulación para la admisión de la población inmigrante y no inmigrante, de los cuales México no ha quedado al margen.
En 1974, Canadá y México firmaron un memorando de entendimiento que puso en marcha el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México-Canadá (PTAT), para conducir la movilidad laboral temporal de jornaleros mexicanos agrícolas a Canadá. Durante 5 décadas, el programa se ha consolidado y continúa en crecimiento. De acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas, el número de participantes pasó de 21 499 personas en 2015 a 24 158 para 2021.
Este programa es un referente en la historia de la dinámica migratoria Canadá-México y se ha distinguido, como sintetiza Ofelia Becerril en ¡Soy un tunante, cual loco caminante! (2011), por una estricta regulación política de las migraciones, el retorno de la mayoría de los trabajadores a sus lugares de origen, así como por el incremento sostenido de la demanda de fuerza de trabajo agrícola y la participación de migrantes procedentes de áreas rurales en México.
A la par de esta migración agrícola y temporal, desde la década de 1990, Canadá se ha posicionado como destino para algunos grupos de migrantes mexicanos. Esto posiblemente asociado a las restricciones y medidas migratorias implementadas por Estados Unidos para los migrantes mexicanos, lo que ha llevado a un paulatino crecimiento y consolidación de la diáspora mexicana en Canadá.
La diáspora mexicana en Canadá
Actualmente, México se ubica como el tercer país de América Latina y el Caribe con más migrantes en Canadá, y el primero entre los países hispanohablantes de la región. De acuerdo con estadísticas oficiales de los censos de Canadá, la población nacida en México pasó de 30 085 personas en 1996 a contabilizar 132 220 personas en 2021. Esto habla de que la población mexicana residente en ese país se cuadriplicó en un periodo de 25 años, como se muestra en la gráfica 1.
La mayoría de la diáspora mexicana, 100 270 (75.8%), es considerada por el gobierno de Canadá como residentes permanentes: incluye a personas que obtuvieron la ciudadanía canadiense por naturalización, con residencia permanente o que nacieron en México con padre o madre con ciudadanía canadiense. Asimismo, 31 950 (24.2%) se catalogan como residentes no permanentes, es decir, personas con alguna visa para trabajar o estudiar, personas solicitantes de asilo y otros permisos.
Gráfica 1: Población nacida en México residente en Canadá, 1996-2021
Fuente: Elaboración propia con datos de Statistics Canada.
Llama la atención que en el periodo de 2006 a 2011 y de 2011 a 2016, el crecimiento de la migración mexicana en Canadá se ralentizó. Durante ese tiempo, la relación bilateral entre Canadá y México pasó por tres momentos importantes. Primero, la imposición de una visa en 2009 a la población mexicana como requisito para viajar a Canadá, con el objetivo de disminuir las solicitudes de refugio realizadas por población mexicana en aquel país. Segundo, la inclusión de México, en 2015, al programa de Autorización Electrónica de Viaje (ETA) para solicitar de manera electrónica permiso para ingresar a Canadá. Tercero, la eliminación, en 2016, del requisito de visa para viajar a Canadá, aunque manteniendo la ETA como requisito de entrada a ese país.
Estos eventos no solo marcaron la relación diplomática entre Canadá y México en el tema migratorio, sino también dejaron entrever la importancia que, en las últimas décadas, tiene Canadá como segundo lugar de destino para la población mexicana después de Estados Unidos.
La migración mexicana en Canadá está ubicada principalmente en las provincias de Ontario (36.0%), Quebec (21.0%), Alberta (17.9%) y Columbia Británica (16.6%). Más de 90% de la diáspora mexicana se concentra en estas cuatro provincias, como se muestra en el mapa 1. Un poco menos de dos terceras partes tiene entre 25 a 54 años, y poca población tiene menos de 25 años o más de 55 años. Respecto a la composición por sexo, la distribución es muy equitativa: 50.6% mujeres y 49.4% hombres.
Mapa 1: Principales provincias de la población nacida en México residente en Canadá, 2021 (población y porcentaje)
Nota: En Yukón, Newfoundland y Labrador, Territorios del Noroeste y Nunavut residían menos de 100 personas mexicanas en cada una de estas provincias o territorios.
Fuente: Elaboración propia con datos de Statistics Canada, Census 2021.
Casi la mitad de la diáspora mexicana cuenta con ciudadanía canadiense y otro 20% con residencia permanente. Un factor importante de esta migración es su carácter laboral y económico. Al cumplir los requisitos y los trámites para ser considerado como inmigrante económico, la persona y sus familiares pueden obtener la ciudadanía o residencia permanente en el país de la hoja de maple. El gobierno de Canadá les describe como personas “educadas, que llenan la escasez de mano de obra y en habilidades específicas, contribuyen a la innovación, generan diversidad en el lugar de trabajo y pueden integrarse fácilmente en el mercado laboral canadiense”.
Reflexiones finales
La migración mexicana a Canadá se distingue por tener dos importantes vertientes con características particulares y un tanto opuestas. Por un lado, una migración laboral agrícola de carácter temporal, ordenada y regular que son colocados por el PTAT y que rara vez pueden aspirar a convertirse en residentes (95% con estudios hasta secundaria). Por el otro, una migración económica ⸻permanente o temporal⸻ con alta calificación escolar (26% con bachillerato y 46% con estudios de nivel superior) que cumple los estándares de la política de migración canadiense.
Ambas poblaciones integran la segunda diáspora mexicana más numerosa en el mundo, de más de 150 000 personas. El vínculo con su país de origen es inalienable. En 2022 enviaron desde Canadá a sus familiares en México más de 750 millones de dólares, ingresos que fueron muy importantes para decenas de miles de familias.
Sin duda, 2023 puede ser un año fundamental en la relación Canadá-México en materia migratoria. Ambos países, junto con Estados Unidos, en la X Cumbre de Líderes de América del Norte, realizada en enero 2023, refrendaron su compromiso por una migración ordenada, segura y regular bajo la “Declaración sobre Migración y Protección de Los Ángeles”. En julio sostuvieron un diálogo trilateral a fin de reforzar acciones para combatir el tráfico de personas e incrementar las vías legales de migración hacia Estados Unidos.
Este tipo de encuentros permite sopesar no solo en la relación trilateral que hay en la región de Norteamérica, sino en la forma en que se engarzan las relaciones bilaterales que sostienen en materia migratoria. Llama la atención la ausencia para abordar una estrategia bilateral para el fomento de una migración ordenada, segura y regular entre Canadá y México ante el crecimiento de la población mexicana residente en ese país, y su consolidación como segundo lugar de destino para la diáspora mexicana.
Fuente: revistafal