Aunque migración y religión parecen temas no relacionados, existe un claro nexo histórico y social directo. | Johannes Jácome
Cada sociedad y país tiene sus propias prioridades. Un mismo tema es tratado de formas muy distintas incluso en sociedades vecinas. Por ejemplo, la religión o la migración son asuntos que para los estadounidenses son de vital importancia abordarse y discutirse por los candidatos a puestos de elección popular, mientras que en México no son cosas que nos tengan con el pendiente durante las campañas, por más tragedias que ocurran.
Aunque migración y religión parecen temas no relacionados, existe un claro nexo histórico y social directo. Así como en México el catolicismo llegó desde Europa, y luego el protestantismo siguiendo caminos similares, otras creencias religiosas, como el islam, han ido migrando hacia Europa y al continente americano de manera paulatina.
Al ser Estados Unidos un destino migratorio, de manera frecuente surgen propuestas de leyes estatales, más estrictas que las políticas federales, buscando reafirmar la identidad social y religiosa local, intentando poner límites a la presencia de los extranjeros al tiempo de buscar confirmar su esencia cristiana.
En el estado de Florida se promulgó una ley, que entra en vigor el 1 de julio, que impide a nacionales chinos, que no sean ciudadanos o residentes permanentes en ese estado, adquirir una casa o un terreno. Esta ley va a ser combatida en tribunales federales ya que restringe las capacidades sociales y comerciales de un grupo nacional particular, lo que muy probablemente sea visto como inconstitucional. Leyes así en contra de chinos y japoneses existieron ya en Estados Unidos durante el siglo XX.
Por otro lado, en Texas existen varias iniciativas legislativas de matiz religioso y migratorio. Una, propone que en las escuelas de educación básica se sustituya la figura del consejero por la de un capellán que de orientación a los estudiantes, pero desde una perspectiva religiosa.
Otra iniciativa en ese estado busca que en cada salón escolar en Texas exista una efigie de los 10 mandamientos. Dicen algunos promotores de estas ideas que los problemas actuales de la sociedad estadounidense iniciaron cuando se prohibió rezar en las escuelas, y por lo tanto, es necesario recuperar esos valores.
Sin embargo, la iniciativa que más destaca de todas las texanas es la conocida como HB7, misma que ya fue aprobada por la cámara de representantes y senadores locales, que crea una suerte de patrulla fronteriza texana y establece delitos texanos para migrantes y traficantes de indocumentados. Esta nueva ley reforzaría la legislación estatal creada en el 2021, en la que los migrantes eran detenidos por algo así como allanar territorio texano. Para muchos expertos, los estados no deben entrarle al tema migratorio, ya que esto es un asunto de carácter federal.
Al mismo tiempo, apareció esta semana un editorial publicado por Everett Piper en el Washington Times, donde hace un análisis de la política migratoria del presidente Biden, concluyendo que las medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos en el siglo XXI no pasan la prueba al ser analizadas desde la óptica y principios de la biblia en materia del trato a los extranjeros. Todo esto porque el viejo testamento describe como los israelitas, hace miles de años y al otro lado del mundo, tomaron medidas para impedir la entrada a su territorio de personas y grupos nacionales completos, como los Amalequitas, para preservar su identidad y seguridad.
Claramente este debate estadounidense resulta completamente ajeno a los intereses de la sociedad mexicana. Sin embargo, resulta interesante tener claro el pensamiento de nuestros vecinos en estos temas, no solamente para entender las cosas que van ocurriendo, sino para contrastarlo con nuestra realidad mexicana.
En esta atmósfera, la intervención de los gobiernos para proteger a sus paisanos en el extranjero resulta relevante no solamente para los paisanos, sino para la sociedad y el país que los recibe, ya que se convierte en un punto de vista ajeno al local. Así como los consulados de México destacan vulnerabilidades de la comunidad migrante en Estados Unidos y que llegan a afectar a los propios estadounidenses, los incidentes que ocurren con los extranjeros en México deben ser vistos como una llamada de atención sobre nuestras circunstancias actuales, por ejemplo, el caso de los contagiados de meningitis en clínicas en Tamaulipas. Si no hubiera sido porque estadounidenses se vieron afectados, probablemente no nos hubiéramos enterado de ese riesgo fatal. Hay que estar pendientes de estos asuntos, pero tratemos de hacerlo sin pasiones y sin recurrir al viejo testamento.
Fuente: lasillarota