Entrevista con Emilio Pufahl.
Imaginemos que somos un producto, una mercancía, nos suprimen nuestros derechos de tomar decisiones, no quitan la libertad, nos obligan a hacer cosas que no queremos o nos asesinan porque en algún momento somos inútiles al objetivo de las personas captoras.
Es un ejercicio que podemos hacer en un minuto mientras cerramos los ojos, la otra cosa es saber que efectivamente en el mundo hay miles de personas sometidas por organizaciones criminales dedicadas a comerciar con seres humanos, y por lo que se sabe es la tercera forma de tráfico más extendida y rentable detrás de los poderosos carteles de la droga. La cantidad de dinero que genera es muy alta, calculada hace varios años en más de 32 billones de dólares al año, un negocio muy lucrativo para las mafias que destrozan la vida de personas y familias enteras.
Hay testimonios de pocas personas que han logrado salir, hay documentos de rescate en diferentes países del mundo. Las migraciones extra frontera y las migraciones internas son propicias para la captura de mujeres, niños y niñas al igual que varones, como también el abandono del estado a personas vulneradas por situaciones económicas y sociales.
Los datos nos dicen que son unos 2.5 millones de víctimas de trata, sin embargo, por la complejidad del delito, se cree que, por cada persona identificada como víctima, podrían haber 20 más, sume usted amigo lector, vea la astronómica cifra de seres humanos que estarían en este momento siendo esclavos sometidos a tratos crueles e inhumanos como, por ejemplo, esclavitud doméstica, explotación sexual y laboral y mendicidad forzada entre otra.
Es una de las modalidades de violaciones más terribles de los derechos humanos de las personas, con tácticas y formas tan complejas del delito que se cruzan entre líneas que a vista común parecen legales y que se sirve de los mismos sistemas formales de los estados para mantener su eficacia.
50 millones de personas sería la cifra que buscamos, la mayoría de ellas son menores a 18 años y un 20% del total serían niños, la otra parte muy elevada son mujeres sometidas en la mayoría de los casos a explotación sexual. Continuemos con el ejercicio, suponga que no es usted, sino su hija o su hijo, ¿cómo sería su vida?
Todos los países del mundo son propicios para este delito, unos más que otros, es por eso que el traslado desde sus países a otros con ofertas engañosas de trabajo o falsas esperanzas de apoyo, relaciones afectivas cultivadas en la mayoría de los casos en redes sociales o reclutadores especialistas que hacen contacto directo son de las principales y más terribles herramientas de captación.
América Latina ha sido un caldo de cultivo para estas modalidades criminales, y ahora con las migraciones forzadas, si bien todavía no hay datos claros, las cifras deben haberse disparado exponencialmente, solo en España habrían cerca de unas 400 mil mujeres de otros países, muchas de ellas son latinas en situación de migración irregular y dedicadas a la prostitución forzada; en nuestra América estaría quedando por el delito entre el 4 al 5% de las riquezas que generan estas mafias.
Argentina ha armado estructuras sobre su legislación para dar respuestas tan contundentes como sea posible, en la última década ha implementado diferentes medidas para protección y asistencia a las víctimas, pero también en una ofensiva de persecución y se busca incluso la confiscación de los bienes que obtienen los criminales.
Al igual que muchos países, aquí somos de origen, tránsito y destino de la trata, principalmente de personas de las áreas rurales, pero no es menos ciertos que los desplazamientos, la migración económica de los países vecinos y más reciente las migraciones forzadas de América latina han encendido todas las alarmas por la dimensión internacional del delito.
El Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la protección y asistencia a sus víctimas, es de data más reciente, con estrategias armadas sobre las responsabilidades sociales de personas e instituciones que comprenden que estas batallas las tenemos que dar juntos como sociedad y no solo los organismos de estado.
En la provincia de Misiones, el comité está formado por diferentes organismos públicos y privados, así como iglesias y ONGs dedicadas a los derechos humanos, es una mesa interinstitucional y del cual el comité de nación hace parte con su referente provincial Emilio Pufahl.
Misiones por tener tanta frontera internacional es sensible a delitos internacionales, pero también dentro de la provincia la trata de persona ha dejado heridas crueles, en un informe Instituto Provincial de Estadísticas y Censos que se conoció hace poco tiempo, denotaba que de 2008 a 2019 se detectaron 186 casos.
El comité de trata está haciendo abordajes para minimizar la eficacia del delito, proteger y asistir a víctimas y potenciales víctimas, la socialización de herramientas la divulgación y operatividad con protocolos estrictos y de protección al denunciante la línea 145 es un mecanismo efectivo de rescate y actuación.
Son varios los eventos públicos masivos donde vemos al referente del comité repartir volantes informativos y conversar con las personas sobre sobre el flagelo, también lo hacen las personas comprometidas con la vida y el cuidado de las otras personas, está claro que mientras más seamos los que nos cuidemos menos espacios tendrán los que quieren hacernos daño.
Los abordajes de prevención implican la sensibilización, con incidencia en la sociedad y los entes públicos de gobierno y operadores de justicia, sobre el status jurídico y las consecuencias psicológicas de las víctimas, la reinserción de las víctimas en contextos laborales y sociales, la prevención buscando el apoyo de todos los ciudadanos de bien para denunciar y ayudar en casos de presenciar, detectar o sospechar de personas tratantes o víctimas de trata.
Escuchemos aquí una entrevista con Emilio Pufahl.
José León Toro Mejias