Una ciudadana venezolana contó cómo la reclutaron para cobrar las extorsiones de la estructura armada ilegal en el municipio de Cáceres.
‘Los Caparros’, una estructura armada ilegal que desde el 2017 disputa con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AUG) el negocio del narcotráfico y la minería ilegal en el Bajo Cauca antioqueño, estaría reclutando con engaños a migrantes venezolanos para su actuar criminal. Así lo dio a conocer una extranjera del vecino país, que por seguridad reservó su nombre, a Noticias RCN.
De acuerdo con la mujer, en el barrio Moravia (Medellín), un integrante de ‘Los Caparros’ se enteró de su búsqueda de trabajo y la contactó para ofrecerle un empleo. En principio, le dijo que desarrollaría sus labores en una finca cafetera del municipio de Cáceres (Antioquia). Sin embargó, después ella comprobó que la necesitan para realizar actividades relacionadas con la extorsión.
Al aceptar el empleo, le enviaron 100.000 para un pasaje en bus hasta Cáceres. “Allí llegué yo y logré guardar mis cosas en una habitación, en un colchón en el piso, no tenía luz”, le dijo al medio en mención. Por el trabajo la iban a remunerar con 1′500.000, informó.
Luego de dejar sus pertenencias en la alcoba, “llegamos a unas tiendas y me dijeron que debía cobrar las mensualidades”, denunció la migrante. Dichos cobros serían los de las extorsiones de ‘Los Caparros’ a los pobladores de Cáceres.
A la víctima de los engaños del grupo criminal la rescató el Gaula del Ejército Nacional dos días después de su reclutamiento, institución que afirmó que otro venezolano fue secuestrado junto a su esposa, su hijo de ocho meses y dos integrantes más de la familia por el grupo armado ilegal.
¿Cómo surgieron los Caparros?
De acuerdo con lo dicho a medios de comunicación, años atrás, por Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, exjefe paramilitar del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quien regresó a Colombia en el 2019 luego de 11 años preso en los Estados Unidos, los Caparrapos, hoy conocidos Caparros, fueron creados en 1996.Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’. Foto: EFE
En ese entonces, según Macaco, un hombre llamado Virgilio Peralta Arenas, alias Víctor Caparrapo, reclutó a varios hombres de Caparrapí (Cundinamarca) para integrar un grupo paramilitar al que se le denominó los Caparrapos. Ese año, Vicente Castaño le propuso a este y otros grupos paramilitares integrar las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá.
Así, pues, los Caparrapos se unieron al Bloque Mineros, comandado por alias Cuco Valoy, quien llegó un acuerdo con Macaco para repartirse el territorio del Bajo Cauca Antioqueño y no tener disputas internas.
Desmovilización y reaparición en el 2008
En el 2008, dos años después del final del proceso de desmovilización de las AUC y aún durante el mandato presidencial de Álvaro Uribe Vélez, distintas bandas criminales organizadas, integradas por exparas que habían dejador las armas, volvieron a aparecer por la pugna del Bajo Cauca. Entre ellas estaban los Paisas Caparrapos, Rastrojos, Águilas negras y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocidas como Clan del Golfo, Clan Úsuga y los Urabeños.Imagen de archivo Ago. 20/2019. En Tarazá, Antioquia, Ejército capturó a alias Congo, alias Kevin y alias el Búho, integrantes ‘Los Caparros’. Foto: Colprensa/El Colombiano.
En el 2011, un año después de que alias Víctor Caparrapo fuera dado de baja por el Ejército Nacional, los Paisas Caparrapos se unieron al Clan del Golfo, que, a su vez, acordaron el control del sur de Córdoba y el Bajo Cauca antioqueño con los Rastrojos. Lo que hizo el Clan del Golfo fue repartir varios frentes o franquicias armados en el territorio. Así operaron hasta 2016, cuando, tras los Acuerdos de Paz firmados entre el Gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), comenzaron las rupturas internas de la estructura armada.
Separación de los Caparrapos de los Urabeños
En el 2017, los Paisas Caparrapos, dirigidos por el abatido alias Caín, se separaron del Clan del Golfo, en cabeza de alias Otoniel, para disputarle el control del narcotráfico y la minería ilegal en la región. Para tal fin, se aliaron con dos frentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con las disidencias de los frentes 18 y 36 de las FARC, según un documento de la Policía Nacional al que tuvo acceso El Tiempo, en el que se habla de que el grupo cuenta con alrededor de 400 hombres armados
Fuente: Infobae