Desde el principio de la década del 70 hasta los noventa del siglo pasado, Chile tuvo un régimen de gobierno que expulso a muchos chilenos de su territorio, Luis Álvarez fue uno de ellos, llegó a Argentina sintiéndose acosado y perseguido, en 24 años hizo su vida en Argentina, una sociedad que en principio le era ajena y dónde él era ajeno.
La migración forzada le dejo marcas profundas, pero las huellas del sufrimiento se evaporan en la medida que las personas transforman sus experiencias y sus traumas en energía positiva y la ponen al servicio de los demás, Luis Álvarez es un resiliente.