Migrantes que intentan llegar de manera irregular a EE. UU. aseguran que agentes de la PNC les exigen dinero a cambio de no regresarlos a la frontera.
Un grupo de migrantes venezolanos que se encuentras albergados en la Casa del Migrante San José, en Esquipulas, Chiquimula, aseguran que agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) les exigen dinero a cambio de no regresarlos a la frontera de Honduras, lo que califican de injusto porque debido a su condición apenas reúnen para la comida.
Dos venezolanas señalaron que intentar llegar a EE. UU. ha sido un martirio debido a los peligros de la ruta y que decidieron salir de su país debido a la crisis económica que se vive desde hace varios años.
La situación ha sido tan dramática que una de ellas cuenta que hace dos años salió, embarazada, de su país, pero no ha logrado cumplir con el “sueño americano”.
Recuerda que en su paso por Guatemala ha sido devuelta a la frontera varias veces por no pagara a los agentes de la PNC que, según dice, hasta les revisan los bolsos.
“Mi nombre es Karen y soy venezolana. Imagínese que nosotros salimos de nuestro país hace mucho tiempo con la noción de algún día tener algo, porque en nuestro país ganamos US$3 mensuales
“Nosotros les decimos la verdad, que no tenemos dinero, que nos revisen nuestros bolsos, que nos revisen nuestras carteras porque realmente no les mentimos que no tenemos dinero”, señaló la venezolana al recordar las múltiples veces que ha sido regresada a la frontera por no acceder a las demandas de los policías.
Otra venezolana que está en el mismo albergue se queja por lo que les ha tocado vivir, pues aseguran que, aunque no sea de este país, tiene derecho a seguridad; sin embargo, eso no ocurre porque los agentes a cambios les quitan el poco dinero que tienen.
“Ellos nos dicen que si no tenemos plata para pagarles nos regresan otra vez a la frontera de Honduras. Por qué nos quieren deportar hacia otro país, porque no nos deportan a la la frontera del siguiente país. Nosotros caminamos o gastamos plata en pasaje”, refirió.
Jorge Aguilar, asegura que son denuncias falsas, pero que a pesar de eso se harán las investigaciones.
“Todo ha sido en comentarios de personas y no ha habido una denuncia formal”, dijo Aguilar, quien reiteró que se harán las investigaciones.
Detienen el paso
El Gobierno de Guatemala informó el domingo último que detuvo el paso de unos 50 migrantes que pretendían avanzar a su territorio de manera irregular desde Honduras, para transitar en caravana a Estados Unidos.
El Instituto Guatemalteco de Migración detalló que los migrantes “retornaron hacia Honduras de manera voluntaria” ya que “no cumplían con los requisitos migratorios y sanitarios” para permanecer en Guatemala.
Los migrantes formaban parte de una caravana que salió el sábado de Honduras con más de 800 personas, pero que fue disuelta gradualmente ese mismo sábado a su llegada a Guatemala por las autoridades locales.
El puesto migratorio por el que pretendían avanzar los migrantes, El Corinto, se encuentra unos 300 kilómetros al noreste de la Ciudad de Guatemala, específicamente en el departamento de Izabal, donde se hicieron presentes las fuerzas de seguridad.
Entre los migrantes retornados a Honduras este domingo se encontraban “varios menores de edad y mujeres”, precisó la misma fuente.
La caravana que intentó ingresar el sábado a Guatemala se dispersó en pequeños grupos, pero uno de ellos, compuesto por más de 300 personas, mantuvo un breve enfrentamiento con las fuerzas de seguridad que dejó 15 policías y soldados heridos.
El director general de la Policía Nacional Civil, Héctor Hernández, explicó el sábado que fueron 7 los agentes de su entidad los lesionados, al igual que 8 soldados del Ejército de Guatemala.
La mayoría de las heridas no son de gravedad y fueron perpetradas con palos y piedras por parte de los migrantes, de acuerdo con las autoridades guatemaltecas.
La del sábado fue la primera caravana de migrantes de la región en 2022 y salió desde San Pedro Sula, en el norte de Honduras, en busca de un trabajo para sobrevivir, según dijeron algunas personas antes de su partida.
La primera caravana migrante de este tipo salió en octubre de 2018 desde Honduras rumbo al punto fronterizo de Agua Caliente, al sur de El Corinto.
Sin permitir el ingreso
El Gobierno guatemalteco estableció el 6 de enero diversos “protocolos” tras conocer información sobre la posible salida de una caravana desde Honduras el 15 de enero.
Los protocolos establecidos incluyeron “puestos de control sobre la ruta migratoria” en “puntos estratégicos” para detectar a quienes intenten ingresar a Guatemala sin los requisitos de la ley.
La última caravana migrante masiva se había registrado en enero de 2021 con la participación de alrededor de nueve mil hondureños, quienes fueron bloqueados y disueltos en la frontera guatemalteca por las fuerzas de seguridad locales.
El bloqueo en 2021 ejecutado por las fuerzas de seguridad de Guatemala fue decisión del Gobierno que preside Alejandro Giammattei, para no dejar avanzar a quienes carecieran de documentos de identidad y una prueba negativa de covid-19.
La decisión forma parte de la política migratoria ordenada por Giammattei, ya que en 2018 y 2019 las caravanas de migrantes pudieron avanzar sin contratiempos por el territorio guatemalteco.
Cada año más de 500 mil guatemaltecos, hondureños y salvadoreños intentan emigrar de manera irregular a Estados Unidos para buscar mejores condiciones de vida, alejados de la pobreza y la violencia en la región.
El Instituto Guatemalteco de Migración recordó que para entrar legalmente a Guatemala se deben presentar documentos de identidad, una prueba negativa de covid-19 y constancia completa de vacunación.