Entre septiembre de 2020 y junio de 2021, el INM detuvo a 128 mil 180 migrantes. Para ese mismo periodo de tiempo, la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina respondieron por transparencia que “coadyuvaron” en operativos para capturar a 104 mil 798.
Por Manu Ureste
Durante el tercer año de gobierno de López Obrador, las Fuerzas Armadas mexicanas participaron activamente en los operativos que hace el Instituto Nacional de Migración (INM) para contener el flujo de la migración indocumentada que trata de llegar a la frontera con Estados Unidos.
Entre septiembre de 2020 y junio de 2021, el INM informó a través de la Unidad de Política Migratoria de la Segob que detuvo a 128 mil 180 migrantes. Para ese mismo periodo de tiempo, la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar), respondieron por transparencia a este medio que “coadyuvaron” en operativos que derivaron en la captura de 104 mil 798 migrantes.
Es decir, que en el 82% de las detenciones de migrantes ocurridas en un año hubo intervención de soldados del Ejército, la Guardia Nacional y de la Marina. Especialmente del Ejército, que intervino en más de 90 mil casos, el 70% del total.
Estos datos se producen en un contexto donde la Guardia Nacional y el Ejército mexicano están asumiendo en la presente administración cada vez más tareas, como controlar la seguridad de aeropuertos y carreteras, construir grandes obras de infraestructura, distribuir medicamentos, gestionar las aduanas, o participar en labores de contención migratoria.
Cabe matizar que, en sus respuestas, las tres instancias de seguridad subrayaron que no detienen a migrantes como tal, sino que su tarea se limita a brindar “seguridad perimetral” a los agentes del INM, que son los únicos facultados para detener a una persona por transitar sin documentos. De hecho, ninguna corporación habla de detenciones, sino todo lo contrario: hablan de “rescates”.
Sin embargo, Alberto Xicoténcatl, director de la Casa del Migrante de Saltillo, en Coahuila, asegura en entrevista que, en la práctica, los soldados hacen mucho más que establecer un perímetro de seguridad y “rescatar” personas.
“Quien hace la detención, en términos administrativos, es el INM. Pero, en términos prácticos, quienes hacen los operativos, quienes los persiguen y los suben en las camionetas detenidos, son directamente la Guardia Nacional o el Ejército”, asegura tajante el activista.
En Tenosique, en la frontera sur mexicana con Guatemala, Fray Gabriel Romero, director de la Casa del Migrante La 72, corrobora esta forma de operar.
“El INM y la Guardia Nacional trabajan a la par. La detención formal la hace el Instituto, pero el operativo lo hace la Guardia Nacional”, dice Romero, que detalla que, entre Tenosique y Villahermosa, en un trayecto de apenas 200 kilómetros, han contabilizado al menos ocho retenes del INM y la Guardia Nacional. “Hablan de rescates, pero es obvio que son detenciones”, hace hincapié.
En Tapachula, otra de las principales puertas de entrada de la migración que proviene de Centroamérica, el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova ha documentado sobre el terreno que en los operativos conjuntos la Guardia Nacional emplea “tácticas castrenses” para “encapsular” y detener migrantes.
“Aunque en el papel sea un cuerpo de policía civil, todos sabemos que la Guardia Nacional tiene un corte militar. Y eso lo vemos claramente en las tácticas que utilizan”, expone Yuriria Salvador, integrante del Fray Matías.
La activista dice que en las labores de monitoreo que realizan en la frontera sur han presenciado operativos de la Guardia Nacional en los que los soldados tiran árboles en la carretera para cercar el paso de las caravanas migrantes, a los que han agredido a plena luz del día, tal y como este medio documentó, por ejemplo, el pasado 28 de agosto, cuando elementos policiacos y del INM golpearon a migrantes haitianos.
Poco después, el 1 de noviembre, la Guardia Nacional mató a balazos a Cristóbal Cobreiro Ramírez, migrante cubano que viajaba en una camioneta que quiso saltarse un retén. No era la primera vez que ocurría un hecho similar. El 25 de junio, agentes del mismo cuerpo dispararon contra otra camioneta en la que trasladaban personas sin documentos, matando a la conductora, que fue acusada de ser la “pollera”. Este caso fue documentado por la CNDH, organismo que ha recibido 388 quejas por violaciones a derechos humanos por parte de elementos de la Guardia Nacional, que es la corporación con más quejas por delante de la Sedena, que acumula 344.
“Los operativos del INM son muy pocos coordinados. En cambio, cuando participa la Guardia Nacional los operativos son mucho más organizados e intimidantes. Su lógica es la de atacar, aunque tengan a familias y a niños delante”, denuncia Yuriria Salvador.
Además, el Centro de Derechos Humanos Fray Matías advierte que la Guardia Nacional está teniendo un papel muy notorio también en las estaciones y en los centros de detención provisionales, como en Huixtla y Huehuetán, en Chiapas.
“Hemos hecho visitas donde vemos que no hay ni un elemento del INM, que son los que deben tener a cargo a las personas migrantes, sino que está la Guardia Nacional y agentes de seguridad privada”, denuncia la activista.
“Es muy visible que la Guardia Nacional se ha convertido en el brazo armado del INM y en el ejecutor de una política migratoria que está basada en la contención y en la detención de las personas migrantes y solicitantes de asilo, y en la militarización del Instituto”, subraya.
Fuente: animalpolitico.