La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló este jueves que un total de 16.627 personas migrantes fueron interceptadas o rescatas en el Mediterráneo Central y devueltas a Libia, país considerado “no seguro”, en lo que va de año.
La Guardia Costera libia, un cuerpo formado y financiado por la Unión Europea, lidera estas devoluciones pese a estar señalada por organizaciones humanitarias internacionales, como Amnistía Internacional, por sus supuestos vínculos con las mafias que se dedican al lucrativo negocio del contrabando.
Organizaciones internacionales han denunciado las amenazas de explotación, tráfico y violencia por parte empleadores, traficantes y milicias en Libia y piden facilitar las evacuaciones de la población migrante en el país, estimada en unas 600.000 personas.
ONG como Médicos Sin Fronteras urgieron a la Unión Europea y Naciones Unidas “revisar urgentemente —y, si es necesario, suspender— los actuales acuerdos de cooperación con las autoridades libias.
Hasta finales de septiembre, 415 personas murieron y otras 714 continúan desaparecidas, en esta ruta marítima hacia Europa que migrantes realizan en embarcaciones precarias, fletadas por mafias que se lucran en Túnez y el oeste de Libia, principales puntos de partida.