Mauricio Dueñas
El 70 % provienen de Venezuela. La Defensoría del Pueblo visitó esta zona del Urabá antioqueño.
SEBASTIÁN CARVAJAL BOLÍVAR
Las autoridades de Necoclí, en el Urabá antioqueño, contabilizan alrededor de 10.000 personas en las playas del municipio. Todos esperan la llegada de una lancha o reunir el dinero suficiente para seguir su tránsito hacia Panamá y poder continuar hacia el norte, a Estados Unidos, donde anhelan encontrar un mejor porvenir.
Esta población de apenas 38.000 habitantes se encuentra en alerta, pues cada día llegan alrededor de 15 buses con migrantes cada cuatro horas, que van rumbo a Acandí y Capurganá (Chocó), con el propósito de emprender una travesía por el Tapón del Darién, una jungla de 5.000 kilómetros cuadrados por la que los refugiados cruzan arriesgando su propia vida para llegar a Panamá.
El personero Wilfredo Menco señala, precisamente, que estas personas están bloqueadas porque los tiquetes de bote para ir a estos dos municipios chocoanos “están agotados”.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), casi 50.000 migrantes llegaron a Panamá a través del Darién entre enero y julio de 2022.
En 2021, los haitianos eran los que más cruzaban por esta zona. En la actualidad, los venezolanos representan el 70 por ciento, aunque se han registrado unas 50 nacionalidades más en estas caravanas.
El incremento de la población migrante y refugiada en tránsito hacia el norte del continente ha hecho que la crisis humanitaria en la frontera con Panamá se agudice
A través de redes sociales se evidencia el drama de quienes se arriesgan a cruzar por esta zona a sabiendas de las dificultades que les esperan. Son miles de videos que narran la angustia y el dolor de aquellos que tuvieron que abandonar a familiares enfermos o golpeados para seguir su camino.
También se ha denunciado que grupos armados, como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc) o ‘clan del Golfo’, han atacado a quienes cruzan o han convertido en negocio el paso de los migrantes, otro peligro para ellos.
El defensor del Pueblo, Carlos Camargo, visitó Necoclí y Acandí para conocer de cerca la situación, que en la actualidad se encuentra al borde de causar una crisis humanitaria. El funcionario señaló que es urgente una acción de las autoridades, pues el 15 por ciento de los migrantes que pasan por allí son menores de edad.
“El incremento de la población migrante y refugiada en tránsito hacia el norte del continente ha hecho que la crisis humanitaria en la frontera con Panamá se agudice, al igual que los riesgos de vulneración de derechos fundamentales para estas personas”, indicó Camargo.
Según un reporte de julio de este año, divulgado por Unicef, el flujo migratorio en el Darién va en aumento. A partir de mayo, en promedio, 500 personas cruzan a diario, mientras que antes la media era de 300.
Elisa Carlaccini, jefa de la suboficina noroccidental de Acnur, indicó que muchos de estos migrantes vienen caminando desde Ecuador y, sobre todo, desde Venezuela, pero también hay personas que han ido antes al sur del continente, a Chile y Brasil, y que al no encontrar una respuesta efectiva a sus necesidades han decidido seguir el riesgoso camino hacia el norte.
“Al día de hoy, más de 130.000 personas han cruzado por la terminal y han salido desde Necoclí, desde enero a agosto de 2022. Ese número es más alto del total de las personas que han cruzado en 2021, es decir, a agosto ya se superó el número de personas que cruzaron en todo 2021”, denuncia la funcionaria.
Sonia Peña, líder del Grupo de Asuntos Étnicos, Migrantes y Refugiados de la Personería de Medellín, asegura que en septiembre la movilidad de migrantes y refugiados en la terminal del Norte de la ciudad se incrementó hasta 1.000 personas por día.
“Las personas llegan con la expectativa de que Medellín les dé transporte humanitario hasta Necoclí para ellos realizar este viaje. La administración municipal no cuenta con la capacidad de poder solventar el tema de auxilio habitacional para esta población y otros temas de ayudas humanitarias”, señaló Peña.
La funcionaria agregó que muchos de los migrantes irregulares que llegan a la capital antioqueña no cuentan con la información suficiente sobre los riesgos que se corren atravesando el Darién.
Además, quienes se están lucrando con el paso de los refugiados suelen dejarlos a mitad de camino o quitarles el dinero y entregarlos con las autoridades.
“Sin embargo, el terminal ha estado con los buses dispuestos a salir, al menos para quienes decidan movilizarse (…). Los buses han estado ahí, listos para llevar a las personas que decidan comprar su pasaje e irse por las flotas que están abordando”, explicó la funcionaria.
Pese a que las personas que llegan hasta estas zonas lo hacen lo hacen saltando varias regulaciones migratorias de este y otros países, Colombia, por razones humanitarias, facilita el paso de los viajeros, pero aplica el rigor de la justicia a quienes se lucran de esta actividad (redes dedicadas al tráfico de migrantes). Por esto, el año pasado fueron capturadas 51 personas y este año van 43.
Además, para las autoridades resulta difícil controlar el flujo de los migrantes irregulares por varias de las fronteras con otros países.
Desde Acnur se advierte que una de cada tres personas (un 33 por ciento) que están saliendo son niños, niñas y adolescentes menores de edad, mientras que el 10 por ciento de todas las mujeres que transitan se encuentran embarazadas o en periodo de lactancia.
El obispo de Apartadó, Hugo Torres, manifestó su preocupación por la situación que golpea a esta zona del país.
“Aquí la parte más complicada la viven muchos niños. Alguna población que llega de migrantes tiene pocos recursos y fácilmente no tienen comida ni atención a las necesidades de los niños. También llegan personas con mucha vulnerabilidad, discapacitados, personas en muletas, sillas de ruedas, cargando 2 o 3 niños, mujeres con varios hijos pequeños solas”, cuenta el obispo.
El defensor del Pueblo hizo un llamado para adelantar acciones de prevención y protección a fin de garantizar una migración ordenada y segura.
El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, señaló que se está programando una visita para avanzar en la atención y la definición de medidas que permitan atender a los migrantes y poder garantizar su tránsito.
Fuente: eltiempo