Reymar Reyes Moncayo
Durante los últimos tres años se han reportado ocho naufragios en las costas venezolanas, en los que se han visto involucrados personas que intentaron migrar desde Venezuela, principalmente en la zona de las rutas del mar Caribe entre Venezuela y Trinidad y Tobago, al nororiente del país, así como en el trayecto entre Venezuela y Curazao.
Solo en 2021 ocurrieron tres naufragios en los que se vieron afectados por lo menos 58 migrantes venezolanos que intentaban llegar a Trinidad y Tobago en busca de una mejor calidad de vida para ellos y sus familias. En 2019 también ocurrieron tres tragedias, mientras que en 2020 y en 2018 ocurrieron otros dos accidentes, uno cada año.
La mayoría de estos naufragios ocurrieron entre los estados Sucre y Delta Amacuro, puertos frecuentes de los viajes hacia Trinidad, los cuales parten desde pueblos como Güiria, La Salina, Río Salado y El Rincón.
En promedio, el viaje entre Güiria y la isla puede durar unas cuatro horas: los botes con motores más potentes pueden llegar al país isleño entre dos y dos horas y media. Sin embargo, la duración variará dependiendo de las características de la embarcación, la potencia de los motores, la cantidad de pasajeros que lleve, así como las condiciones climatológicas y del mar.
Mientras que el viaje hacia Curazao dura ocho horas aproximadamente.
Además, fueron pocos los fallecieron que se lograron ubicados en el mar, mientras que los cuerpos del resto de las tripulaciones resultaron desaparecidos. Con el tiempo, las autoridades venezolanas y de los países vecinos suspendieron las búsquedas y los familiares no recibieron más noticias, mientras esperan a que las investigaciones judiciales avancen.
Aunque las señales de alerta han sido difundidas por familiares y organizaciones civiles que han tenido acceso a la información, ha sido difícil identificar a los pasajeros de estos naufragios, pues estos viajes se realizan de manera ilegal, por lo que se suele evitar cualquier tipo de registro previo. Por eso, zarpan en horas de la noche, cuando el sol se oculta.
Se ha documentado más de 100 los de migrantes venezolanos cuyo rastro se perdió en el agua mientras intentaban llegar a otros países en la ruta marítima del Caribe, según documentó la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
Esta es otra de las expresiones de la Crisis Humanitaria Compleja a la que se enfrentan los venezolanos y que afecta a todas las esferas de la vida de la ciudadanía. A través de tierra, cielo y mar, ya son más de seis millones de connacionales los que han salido del país —en calidad de refugiados, migrantes y solicitantes de asilo— huyendo de la pobreza, la inseguridad y el desempleo.
Naufragio de la embarcación “Amiyah”
La embarcación “Amiyah” partió desde Chaguaramas, en Trinidad y Tobago, hacia Güiria, estado Sucre, el 23 de diciembre de 2021, con nueve personas a bordo, de los cueles siete eran venezolanos. Jamás llegaron a puerto y los cuerpos no fueron encontrados por las autoridades.
La embarcación debía llegar ese mismo día a Isla de Patos, una isla del estado Sucre cuya extensión es de algo más de un kilómetro cuadrado —en territorio venezolano—, para que desde allí, los pasajeros abordaran otra nave que los dejaría en Güiria.
Los detalles de lo que ocurrió con esta embarcación fueron escasos. Aunque no se supo con certeza el número de personas a bordo, hasta mediados del 29 de diciembre se pudo identificar a varios de los pasajeros.
Entre ellos, Jhoanderson Indriago, de 20 años de edad, quien era la pareja sentimental de Robersi Montaño, de 19 años. También se identificó que otras dos mujeres, apellido Narváez, y a una menor de tres años de edad viajaron con ellos.
Las autoridades de ambos países aseguraron que se encontraban en las labores de búsqueda, pero nunca encontraron a los desaparecidos ni restos del bote en el que se trasladaban.
Naufragio del 1 de octubre de 2021
El 3 de octubre de 2021 se reportó que por lo menos cinco personas habían fallecido en un naufragio ocurrido entre las costas de Trinidad y Tobago y Venezuela.
Edward Jiménez, docente de la comunidad Nabasanauka, ubicada en el municipio Antonio Díaz del estado Delta Amacuro, confirmó a la ONG Kapé Kapé la desaparición de 18 personas, cinco fallecidos y dos sobrevivientes de nacionalidad trinitaria. Además, se conoció que los sobrevivientes llevaban chalecos salvavidas.
Según Fe y Alegría, los fallecidos fueron identificados como Diana Zolimar Farrera de 25 años, Betsy Farrera de 27 años, Yorman Reinosa de 27 años, Yelitza Reinosa de 27 años y una niña de 4 años, todos pertenecientes a la comunidad indígena de Nabasanuka.
Según reportó este medio de comunicación, la embarcación tipo peñero, con un motor fuera de borda de 150 caballos de fuerza, en la que se trasladaban 25 tripulantes partió desde Trinidad y Tobado rumbo al Bajo Delta, en Delta Amacuro, la tarde del viernes 1 de octubre.
Esta versión indica que los deltanos viajaron a Trinidad el 28 de septiembre en la mañana y pretendían regresar a Venezuela ese viernes. Las informaciones aportadas por los moradores de la comunidad Nabasanauka indicaron que los pasajeros regresaban al Delta luego de intercambiar sus productos en la isla caribeña.
Además, En una nota publicada por el portal Crónica Uno, Melquíades Ávila, investigador de la ONG Kapé Kapé en Delta Amacuro, explicó que en los municipios Antonio Díaz y Pedernales, ambos indígenas y fronterizos con Guyana y el mar caribe, se había hecho regular que los deltanos viajen a Trinidad para el intercambio de sus productos por alimentos, y viceversa.
Esta práctica empezó a practicarse con más fuerza entre 2019 y 2020, con la agudización de la crisis económica y social en las comunidades indígenas.
Tragedia de Tucupita
Una embarcación partió desde La Horqueta, en Delta Amacuro, hacia Trinidad y Tobago la noche del jueves 22 de abril de 2021. En la madrugada del 23 de abril, el bote naufragó en un sector conocido como Boca de Serpiente, en territorio venezolano.
Por lo menos 24 personas iban a bordo, de acuerdo con las autoridades. Entre ellos, según Orlando Moreno, defensor de derechos humanos e integrante del Foro Penal en Delta Amacuro, habían cuatro menores de edad: dos niños de 2 y 5 años y dos jóvenes de 15 y 17 años.
Para el 25 de octubre, habían rescatado dos cadáveres: el de una persona de sexo masculino y otra de sexo femenino, de acuerdo con la gobernadora del estado, Lizeta Hernández.
Sin embargo, según informó David Smolansky, comisionado de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, en total se habían localizado tres fallecidos, entre los cuales estaría un niño.
Una de las fallecidas fue una joven, quien se había graduado de bachiller en 2020, según informó uno de sus familiares.
En cuanto a los sobrevivientes, la gobernadora de Delta Amacuro, Lizeta Hernández, reportó que siete personas habían sido rescatadas. Entre ellos, Leonardo Marín, de Maturín, estado Monagas; y seis personas de Tucupita (Norberto Martínez, de La Florida; Reinaldo Villarroel, de Cocuina; Alberto Monterola, de La Horqueta, Alba Sánchez, de Villa Bolivariana; Lazarde Salazar, de La Horqueta, y Alexander Jiménez).
El rescate de Alba Sánchez fue captado en un video que luego se viralizó en redes sociales. Pasó más de 10 horas en el mar antes de ser encontrada.
Luego del naufragio, los sobrevivientes fueron trasladados hasta Tucupita para declarar en la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). La noche del sábado 24 de abril, familiares aguardaban a las afueras de la sede para obtener más información.
El activista Orlando Moreno, quien había acompañado a familiares de las víctimas en las alrededores de los puertos y los cuerpos de seguridad, fue detenido por funcionarios del Cicpc la tarde de este domingo 25 de abril, denunció el Foro Penal.
Lo último que Moreno compartió en sus redes sociales antes de su detención fue que se encontraba con los familiares en el Puerto de la Guardia, en Tucupita. Esperaban reconocer los cadáveres.
La tragedia de Güiria
A las 10:32 p. m. del sábado 12 de diciembre la abogada y presidenta de la ONG Control Ciudadano, Rocío San Miguel, informó en Twitter que funcionarios del Comando de Guardacostas habían encontrado personas ahogadas a 6.3 millas náuticas (alrededor de 11 kilómetros) de las costas de Güiria, pueblo del estado Sucre, al oriente de Venezuela.
San Miguel publicó que las personas habían muerto en el naufragio de una embarcación que llevaba días desaparecida y había salido de Venezuela el domingo 6 de diciembre rumbo a Trinidad y Tobago.
Tras conocerse la noticia sobre el naufragio, residentes de Güiria relataron que el domingo 6 de diciembre (una semana antes de que aparecieran los cuerpos) habían zarpado de sus playas dos embarcaciones: una bautizada como Mi Recuerdo y otra llamada Mi Refugio.
De acuerdo con los testimonios, una de las embarcaciones partió a las 6:18 p. m. y la otra entre esa hora y las 9:00 pm, dijo el diputado de la Asamblea Nacional, Robert Alcalá.
Ambas tenían como destino la zona norte de Trinidad, donde suelen dirigirse los botes que parten desde Güiria.
Debido a que se trató de dos zarpes ilegales, de este naufragio tampoco se supo con exactitud cuál era la cantidad de personas que viajaban en las dos embarcaciones. Estas son operaciones que se realizan de manera clandestina y usualmente no hay rastro de esta información.
Aunque San Miguel dijo que esa noche habían hallado a 19 personas, incluyendo niños, familiares de las víctimas y fuentes de la administración de Nicolás Maduro confirmaron el domingo 13 de diciembre que habían rescatado 11 cadáveres la noche anterior.
Entre los cuerpos, se identificaron a siete menores de edad: Dariangelis Martínez Rausseo (2 años), Analihesse Martínez Pacheco (6 años), Andrés Martínez Pacheco (8 años), Dylan Pérez Rodríguez (3 años), Rayfran Rojas Patinez (6 años), Edwind Patinez Yanez (8 años), Cristián García Coitía (10 años).
Testimonios recabados por la agencia AFP indicaron que fueron pescadores de la zona quienes avistaron dos cuerpos flotando y contactaron a la Guardia Costera de Güiria.
Posteriormente, hasta el 20 de diciembre solo habían rescatado 33 cadáveres. De acuerdo con el diputado de Sucre, Robert Alcalá, aún habían 10 personas reportadas como desaparecidas por sus familiares.
Familiares de las víctimas que viajaban en Mi Recuerdo y el dueño de la embarcación, Luis Alí Martínez, refirieron que en el bote viajaban 15 personas. Sin embargo, otros testimonios apuntan que a bordo iban 20 pasajeros.
El capitán de Mi Recuerdo fue identificado como Luis Antonio Martínez, apodado Toño por sus seres queridos. Era uno de los hijos del dueño del peñero Luis Alí Martínez. El cuerpo de Luis Antonio fue hallado en el mar, reconocido por sus familiares.
El lunes 14 de diciembre el dueño del bote, Luis Alí Martínez, fue detenido bajo acusaciones de tráfico de personas. Cinco días después, el 19 de diciembre, recibió la medida de arresto domiciliario.
Algunos familiares se mantienen en vigilia a la espera de noticias sobre los cuerpos que no han sido hallados. Durante una temporada, se convocan actividades en la plaza Bolívar de Güiria para honrar a esta tripulación.
Tercer naufragio del 2019 rumbo a Curazao
El 7 de junio de 2019 más de 30 migrantes venezolanos desaparecieron en el mar después del naufragio de una lancha rápida en la que partieron clandestinamente desde Agüide, un poblado del estado Falcón, rumbo a la isla de Curazao, ubicada a más de 80 millas náuticas.
Junto con esta embarcación, partió una lancha una hora más temprano que si alcanzó las costas de Curazao. La segunda, dejó en espera a quienes la recibirían en esta isla de las Antillas de los Países Bajos y fue allí cuando se encendieron las alertas.
Según Caleidoscopio Humano, la mayoría de las víctimas de este viaje eran habitantes de La Vela, capital del municipio Colina, una de las localidades más importantes de Falcón no solo en densidad poblacional, sino en la producción e intercambio cultural y económico con las islas neerlandesas, sobre todo Curazao.
Aunque no se pudo determinar si se trató de una de las personas que viajaba a bordo de la lancha que salió desde Venezuela, dos días después del zarpe, el cadáver de un hombre con un chaleco salvavidas fue hallado cerca de la bahía de Bullenbaai, en Curazao, según un comunicado de la Guardia Costera publicado por la prensa de la isla caribeña.
El viaje entre Curazao y Agüide dura alrededor de ocho horas, en un trayecto de aproximadamente 85 millas náuticas (158 kilómetros), por lo que los protocolos de búsqueda y rescate eran vitales en las primeras horas de la desaparición.
Según se conoció por información policial, el despliegue de búsqueda se realizó en cinco cuadrantes entre puerto Cumarebo y Punta Agüide, Adicora, Cabo San Román y entre Cararapa y Supi. Sin embargo, estas operaciones comenzaron cuatro días después de la alerta.
Posteriormente, según reportó Crónica Uno, a dos años de esta tragedia, lo único que habían logrado los familiares de las víctimas era la detención de tres personas: “Danilo José y Danny Rafael González González, apodados Los Picapiedras y un hombre conocido como RRG, cuyo papel en el viaje era de cargador y cobrador de los hermanos”.
La desaparición de la embarcación «Ana María» en Güiria
El 16 de mayo de 2019 se perdió en el mar el bote «Ana María«, de matrícula Arsi 0029, luego de haber zarpado desde el puerto La Playita de Güiria, en Sucre, a las 4:30 p. m., con 33 pasajeros, entre ellos una mujer con siete meses de embarazo y tres niños menores de tres años.
Según informaron familiares a El Pitazo, la embarcación recogió pasajeros en el sector Las Salinas y en otros “cinco muelles informales, como lo son La Ceiba, Juan Diego, Playa Salada, Uquire y Macuro, antes de salir a mar abierto con treinta y tres personas a bordo”.
La desaparición de esta embarcación fue catalogada como sospechosa, pues no hubo indicios de naufragio y en las búsquedas de rescate no encontraron rastros de ningún tipo. Incluso, según informó Crónica Uno, algunos familiares sostuvieron que los desaparecidos fueron víctimas de una red de trata de personas que opera entre Güiria y Trinidad y Tobago.
Por su parte, Alberto Abreu, de 25 años, supuesto capitán del bote, fue rescatado el sábado 17 de mayo de 2019 en mar abierto por las autoridades de Trinidad, pero posteriormente escapó del hospital de Granada, cuando autoridades le encontraron antecedentes por trata de persona.
Naufragio de la lancha «Jhonnailys José» en Güiria
El 23 de abril de 2019 naufragó la lancha Jhonnailys José, identificada con la matricula ARSI-CA-0067, a la altura Boca de Dagrón, el paso más peligroso del estrecho marítimo entre Venezuela y Trinidad. En esta embarcación viajaban 38 personas, en su mayoría mujeres y jóvenes.
La lancha Jhonnailys José, de 10 metros de eslora, partió del muelle 8 en el municipio Valdez en Güiria, estado Sucre, con dirección a la isla de Trinidad y Tobago. Según un reporte de la zona 53 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el bote estaba capitaneado por Julio Carrión.
A diferencia de la desaparición del bote Ana María, en este hecho rescataron a nueve sobrevivientes y recuperaron el cadáver de una adolescente de 16 años. Sin embargo, 28 personas resultaron desaparecidas.
Según reseñó Crónica Uno, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) confirmó la identificación de 23 personas: Yoselis Rojas, Zulma Patinez, Yusmaris Patinez, Melani Patinez, Deique Marín, Luisa Marín, Frank Hernández, Julio Pacheco, Ender Blanco, Julio Carrión, Carmen Larez, Estefani Flores, Sariana López, Ruz Patinez, Yubrelin Merchan, Daniamis Medina, Angélica Mata, Anabel (sin identificar apellido), Oriana Díaz, Yenkaris Sifontes, Yailyn Jiménez., Yusmary Lezama y Francisco Martínez.
Cinco venezolanos fallecieron tratando de llegar a Curazao en 2018
El 10 de enero de 2018 naufragó una embarcación cerca de la costa de la isla de Curazao, luego de haber zarpado un día antes desde San José de la Costa, en el estado Falcón, al noroccidente de Venezuela.
En este viaje, según testimonios de sobrevivientes, el capitán de la nave no supo sortear las fuertes olas en la bahía de Sint Joris (al norte de la isla) por lo que la embarcación se volteó con al menos 30 personas a bordo, quienes debieron luchar contra la corriente para poder salvarse.
Sin embargo, no todos lo lograron sobrevivir. Cinco pasajeros se ahogaron, de los cuales cuatro de los cuerpos fueron encontrados en la mañana del 10 de enero en las costas de Koraal Tabak.
Según pudo conocer Efecto Cocuyo, quienes viajaron en la embarcación zozobrada invirtieron 100 dólares por persona, pensando que en la isla caribeña podrían recuperar esa cantidad trabajando y, además, ganan mucho más para enviar dinero a sus familiares.
Fuente: efectococuyo