Tras conocer la decisión de un juez, grupos en la frontera deciden no esperar más y cruzan el río.
Decenas de migrantes se dijeron decepcionados ante la decisión judicial que permite la expulsión inmediata de personas por razones sanitarias.
Así que decidieron no esperar más para cruzar a Estados Unidos aún arriesgando su vida en el río Bravo, como se conoce al río Grande en territorio mexicano.
Un grupo de al menos 14 personas, la mayoría nicaragüenses fue el primero en lanzarse, sin importar que llevaban con ellas a tres menores. En conjunto, retaron a la corriente y se apoyaron uno al otro hasta alcanzar el otro lado del río.
A ellos les siguieron muchos más: una mujer con su hijo de menos de dos años en brazos, dos hombres cubanos y otros centroamericanos, quienes en pocas palabras dijeron que se arriesgaban por buscar un mejor futuro.
“Vale la pena y me voy por trabajo”, resumió Einer Tercero, un migrante procedente de Guatemala.
“No somos animales”, protestó a gritos la mujer migrante.
Las autoridades locales prevén que durante los próximos días los migrantes seguirán intentando llegar al otro lado, por lo que continuarán implementando un operativo para alentar a los migrantes a que no arriesguen sus vidas.