Por las detenciones a líderes opositores en Nicaragua, miles de ciudadanos vuelven al exilio por temor a una profundización de crisis política, según expertos en derechos humanos.
Por Houston Castillo Vado
MANAGUA – Antonia Machado González se mantiene postrada en una cama desde que se enteró que su hijo Julio Ampié Machado fue secuestrado presuntamente por un cártel en México, junto a su esposa y sus dos hijos, desde hace más de una semana, mientras intentaba buscar asilo en Estados Unidos.
Solamente se levanta para tomar su medicina y controlar su diabetes que padece desde varios años, pero que recientemente se descontroló cuando se enteró de la noticia.
“Ya se imaginan el dolor una madre, es un dolor tan grande y fuerte, lo que toda madre pasa en estas situaciones. Lo único que sabemos es que lo tiene un cartel de México y piden un rescate de 22.000 dólares, solo ruego lo entreguen con vida”, comenta a la Voz de América doña Antonia, habitante de Boaco, una ciudad ubicada a unos 90 kilómetros al noreste de Managua.
Desde esta ciudad se despidió de su hijo, quien partió junto a su familia rumbo a Estados Unidos, sin dar ninguna información. Solo argumentó que iría en busca de mejores oportunidades tras encontrarse en el desempleo desde de haber salido de prisión por una Ley de Amnistía que fue aprobada en el país para quienes participaron en las protestas antigubernamentales de 2018.
-¿Hay algo nuevo que se sepa sobre él?- Pregunta la madre a su otro hijo Jorge Ampié, quien es el que ha estado en contacto vía telefónica con los sujetos que tienen secuestrada a su familia.
-Les acabo de depositar 1,500 dólares. Dicen que eso apenas les ayudará para la comida- Le contesta Jorge a su madre, quien aprieta un rosario en sus manos que tomó de un pequeño altar improvisado que realizó en la sala de su vivienda. Desde allí ora por su hijo durante varias veces en el día y coloca veladoras religiosamente.
Julio Ampié fue secuestrado el 3 de junio en la ciudad fronteriza de Reynosa, en México cuando pretendía llegar a Estados Unidos de forma irregular y pedir asilo. Según relatan los familiares, unos hombres irrumpieron en el apartamento donde esperaban ser cruzados al país vecino.
Estando ahí asegura que perdieron comunicación con ellos, y posteriormente recibieron llamadas de hombres que les decían que tenían en su poder a la familia y que dependía de ellos que siguieran con vida.
La familia Machado es de origen humilde. Reunir ese monto escapa de sus manos. En la vivienda viven cuatro personas, la madre del joven raptado y sus tres hermanos.
“No hemos podido reunir la cantidad que piden”, dice el hermano a cargo del caso. La familia ha recurrido a los medios de comunicación y también a amigos cercanos al joven para pedir auxilio. También han vendido “algunos animalitos”, como unas reses que tenían desde hace un par de años.
“Con todas las colectas y el apoyo de la gente tenemos 14 mil dólares reunidos, pero seguimos en búsqueda”, dice la madre con la voz quebrada, mientras gira su rostro a una imagen religiosa.
“Confío en Dios que saldremos de esto. Lo que le ocurre a mi hijo es peor que lo vivido en 2018 cuando lo detuvieron por andar en protestas. Siento que muero de aflicción”, dice, mientras hace una pausa para limpiarse las lágrimas.
ONG nicaragüense pedirá información
La familia no ha interpuesto ninguna denuncia ante las autoridades nicaragüenses porque desconfían incluso de la justicia que asegura que es la que los persigue por ser opositores, pero sí lo han hecho ante la Comisión Permanente de los Derechos Humanos (CPDH), el único organismo con personalidad jurídica que queda en Managua y en donde Machado estuvo trabajando con Coordinador de dicha organización en la ciudad de Boaco.
Fuente: vozdeamerica