Se estima que a la terminal de Tulcán llegan entre 180 y 200 personas por día desde el sur del país en tres operadoras que ofertan viajes directos.
Tulcán – Ipiales
La escena se observa a diario: migrantes de nacionalidad haitiana y de varios países de África y Asia arriban a toda hora a la terminal terrestre de Tulcán. Cargan equipajes livianos y cubiertos con mantas para protegerse del frío.
Fernando Villaroel, administrador del centro de movilidad, explica que vienen desde Huaquillas en grupos, no se separan y no se quedan en Tulcán sino que pasan directamente a Colombia por las trochas que unen a la capital carchense con Ipiales.
Estima que llegan entre 180 y 200 personas por día desde el sur del país en tres operadoras que ofertan viajes directos Huaquillas-Tulcán o en buses que vienen desde Guayaquil. No hablan español sino el franco haití y cuando ven cámaras se esconden, cuenta el funcionario.
PUBLICIDAD
Permanecen entre 15 y 30 minutos en este lugar, narran quienes trabajan en la terminal. Con fotografías en mano y contactándolos por vía celular los identifican quienes son los encargados de recibirlos y trasladarlos a la frontera.
Serían familias de ecuatorianos las que estarían dedicadas a este tipo de actividades en Tulcán a cambio de $ 40 o $ 50. La misión es esperarlos y luego embarcarlos en taxis o furgonetas para llevarlos hasta el límite internacional, parroquia de Urbina, frente a la comunidad de Santa Fe, por donde se dirigen a Ipiales.
Muy pocos descansan en los hoteles de Tulcán. Los extranjeros prefieren mantenerse en grupos en el interior de estos establecimientos para no volverse visibles, no hablan con gente desconocida para ellos, mientras buscan contactos para que los trasladen hacia Colombia.
Investigan a personas que se dedican a la trata de migrantes
Hay familias que se dedican a esto, dicen en voz baja quienes receptan pasajeros en este lugar, incluso los hacen pernoctar en sus viviendas y les brindan alimentación a cambio de dinero, agregan, pero dicen no saber si la policía conoce sobre estos aparentes servicios.
Paúl Jiménez, jefe de la Policía Judicial en Carchi, al referirse al tráfico de migrantes reconoce que es un fenómeno presente en su jurisdicción, por lo que vienen adelantando una investigación importante que busca identificar a quienes se dedican a este ilícito.
“Está en una etapa importante la indagación, por motivos de reserva no se puede dar a conocer, pero Fiscalía y Policía Nacional vienen trabajando de forma conjunta para identificar a ciudadanos que están cometiendo estos delitos en los pasos informales de Carchi”, enfatiza el oficial.
PUBLICIDAD
Llama la atención el porte de billetes de 100 dólares por los extranjeros, comentan en la terminal, donde afirman que algunos de ellos habrían sido perjudicados con moneda falsa de esa denominación.
Frente a la tenencia de este tipo de moneda especulan que podría tratarse de lavado de dinero o algún delito conexo. EL UNIVERSO logró dialogar con tres migrantes, quienes hablan un inglés poco fluido y cuentan por qué decidieron establecerse en Brasil y ahora retornan y van al norte.
“Tras el terremoto de enero del 2010 en Haití que dejó más de 315.000 muertos y 350.000 heridos, el desastre nos obligó a migrar, partiendo millares de compatriotas a Brasil, donde en el 2014 se realizó el mundial de fútbol”, cuenta Samuel, uno de los migrantes.
Las personas que migraron se dedicaron a la construcción y regeneración de los escenarios deportivos, convirtiéndose en mano de obra. Una vez que estuvo lista la infraestructura decidieron radicarse en ese país, agrega Isaac P.
Los dos coinciden en que no regresan a su país porque no tienen presidente y porque al momento los índices de violencia son altos y hay una gran incertidumbre sobre el futuro de esa nación.
La pandemia y la difícil situación económica en Brasil los obligó a seguir migrando, ahora le apuestan al sueño americano, no importa los riesgos que corren, ni utilizar los pocos recursos que lograron capitalizar durante una década en tierras brasileñas.
“Vienen desde Brasil, continúan por Perú, llegan a Ecuador para inmediatamente trasladarse a Colombia, desde allí en lanchas van a Panamá y después hacia los Estados Unidos o Canadá”.
Haitianos represados en la terminal de Ipiales
Centenares de migrantes haitianos que ingresan desde Ecuador a Colombia continúan varados en la terminal de Ipiales, donde han sido objeto de abusos por coyotes y transportadores.
Las autoridades migratorias anunciaron que estas personas dejarán de ser víctimas de coyotes y tarifas abusivas por parte del transporte ilegal. Fernando Espinoza, director de Migración Colombia, indicó esta semana que hay un poco menos de 4.000 migrantes haitianos distribuidos en Nariño, Valle y Necoclí.
La crisis migratoria registrada en Necoclí, último destino colombiano para viajar a Panamá, represó a finales de julio y principios de agosto en este puerto del Uraba Antioqueño a 8.000 migrantes, que no podían continuar sus trayectos debido a que la situación climática no permitía operar las lanchas.
La autoridad migratoria colombiana señaló que en estos días será restablecida la movilidad y agregó que brindarán acompañamiento, desde la frontera colombo-ecuatoriana hasta Antioquia, a los migrantes varados.
Migración Colombia, a través de la Superintendencia de Transporte, anunció que a partir de las 00:00 de este viernes 13 de agosto, los ciudadanos haitianos podrán comprar sus tiquetes a los destinos autorizados a las empresas adscritas a la Terminal Terrestre de Pasajeros de Ipiales.
La compra de los boletos se garantizará previo cumplimento de las empresas de transporte, que deben subir al sistema la información sobre datos de los ciudadanos extranjeros que están viajando en sus buses, exigiendo que todos tengan su documento de identificación.
A inicios del mes de agosto se evidenció el aumento de migrantes, principalmente haitianos, cubanos y africanos que a través de pasos informales entraron por Ecuador a Colombia, indica Rubén Rojas, periodista de Sur Noticias.
Estos viajeros no podían movilizarse en el país, ante la prohibición a las empresas de transporte de movilizar migrantes que no demuestren su ingreso legal al país, generando una crisis migratoria. (I)
Fuente: eluniverso.