Desde inicios de año cerca de 5.700 personas han sido interceptadas -122 de ellas niños-, 643 han perdido la vida y otras 332 han desaparecido en la ruta del Mediterráneo Central, la más mortífera que se conoce.
La encargada de las operaciones de rescate es la Guardia Costera libia, un cuerpo formado y financiado por la Unión Europea pese a estar bajo sospecha por organizaciones humanitarias internacionales por sus supuestos vínculos con las mafias que se dedican al lucrativo negocio del contrabando.
Numerosas ONG han denunciado violaciones de derechos humanos cometidas en los llamados “centros de reagrupación y retorno” donde los migrantes están expuestos a torturas, violencia sexual y trabajos forzados, así como a otras formas de explotación “con total impunidad”.
Médicos Sin Fronteras ha pedido facilitar las evacuaciones de la población migrante en el país magrebí, estimada en unas 600.000 personas, y han instado a la Unión Europea y Naciones Unidas a revisar urgentemente —y, si es necesario, suspender— los actuales acuerdos de cooperación.EFE
Fuente: Swissinfo.