Miles de mujeres acuden a Argentina desde el estallido de la guerra debido a su laxa política de nacionalización.
“Sabíamos que la gente en Argentina, a pesar de la inflación, vive mejor que en Rusia”.
Más de 20 horas de vuelo y probablemente alguna escala de por medio es lo que una familia tendría que hacer para viajar desde Moscú hasta Buenos Aires. Este trayecto es el que han realizado miles de embarazadas rusas que acuden al país argentino para huir de la guerra frente a Ucrania y buscar mejores condiciones para ellas y su familia. La polémica llegó cuando el pasado jueves 9 de febrero el aeropuerto de Ezeiza (Buenos Aires) fue el destino de seis mujeres rusas que decían acudir a Argentina como turistas; sin embargo, no portaban dirección, ni hotel, ni billete de vuelta. La Dirección General de Migraciones de Argentina (DGM) frenó la entrada de estas mujeres al dudar del motivo de su llegada al país, ordenando su vuelta al país de origen.
Sin embargo, estas mujeres llevan viajando a Argentina para dar a luz a sus bebés desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania en busca de mejores condiciones y evitar el reclutamiento por el ejército. Es el caso de Alla Prigdovkina, una mujer rusa que llegó a Argentina el 10 de julio de 2022 embarazada de 32 semanas y ya se quedó allí. “Mi marido y yo decidimos huir de Rusia por el inicio de la guerra. A mi marido le detuvieron por protestar en contra de la guerra, le hicieron pagar 800 euros y le avisaron de que a la próxima le encarcelarían. Para proteger a nuestro bebé decidimos huir del país“, explica Alla en conversación con 20minutos.

El caso de Alya L., otra mujer embarazada que acudió a Argentina, es algo distinto. Ella llegó embarazada de 20 semanas después de barajar distintos países a los que poder emigrar. “No sé por qué acudimos a Argentina, mi marido conocía gente cerca, así que no nos lo pensamos más”. Según ha contado Alya a este medio, Argentina tiene más posibilidades para viajar, aunque ella y su familia viven aún en Argentina y no se han planteado marcharse del país.
Desde que la guerra en Rusia empezó, agencias como RuArgentina se han dedicado a facilitar la llegada de estas embarazadas a Argentina. Kirill Makoveev, presidente de RuArgentina afirmó a este medio que “el principal objetivo de la agencia radica en ofrecerles a estas mujeres, junto con sus maridos e hijos, la protección de la legislación Argentina, que impediría el reclutamiento del marido para la guerra”.
Estas agencias son privadas y, para prestar sus servicios, requieren de unas tasas que se venden en paquetes que van desde los 5.500 a los 15.000 dólares. Sin embargo, según Alla y Andrei ellos no recurrieron a ningún servicio de pago: “Es difícil, pero se puede dar a luz en Argentina sin estas agencias, nosotros sólo usamos un chat de Telegram gratuito en el que se nos ayudamos entre embarazadas y únicamente pagamos una clínica privada para el parto”, afirma. Alya y su marido tampoco hicieron uso de estas polémicas agencias.
¿Quedarse en Argentina?
El caso de Alla es algo distinto a los casos más mediáticos, pues ella junto a su marido y su hijo recién nacido han decidido quedarse a vivir en Argentina para obtener la nacionalidad. “Hay agencias que pueden conseguir la documentación para los progenitores en 6 meses, sin embargo, nosotros no recurrimos a esos servicios de pago, por lo que de momento tenemos el permiso de residencia permanente y estamos tramitando nuestra nacionalidad argentina”.

Además, frente a aquellas mujeres que consiguen la nacionalidad en tiempo récord únicamente por obtener el pasaporte y regresar a Rusia de nuevo, Alla apunta que “no está bien lo que hacen”. De hecho, Alya señala que no entiende “por qué lo hacen”. “No es nada fácil tener doble nacionalidad, hay que conocer las leyes, impuestos, obligaciones… de otro país, debe de haber algún propósito detrás“.
Además, muchas de estas familias deciden nacionalizarse en otro país para que el marido no sea reclutado por el ejército ruso en la guerra contra Ucrania. “Según la ley rusa, técnicamente no hace falta tener otra nacionalidad para no ser reclutado por el ejército, con tener un permiso de residencia ya es suficiente, aunque hay casos en los que no se respeta”, apunta Alla.
Fuente: 20minutos.es