Foto: Tomada de video de U.S. Customs and Border Protección
Los movimientos migratorios se han incrementado exponencialmente en los últimos años.
Como consecuencia de la pobreza, los índices elevados de violencia y la falta de oportunidades en Latinoamérica y el Caribe, alrededor de 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes están en desplazamiento y en procesos migratorios con la esperanza de acceder a servicios básicos y mejorar su vida. Esta búsqueda, muchas veces, representa la interrupción de sus estudios habituales y barreras para acceder a la educación y continuar con su formación, ya sea en los países por los que transitan o en los que están refugiados.
En esta región, uno de cada cinco refugiados o migrantes es un niño o una niña que no pueden ejercer su derecho a la educación. Además, las niñas y adolescentes representan alrededor del 20% del flujo de movilidad humana femenina de la región, quienes se enfrentan a obstáculos adicionales para acceder a la educación debido a las tareas y roles que se les asignan por su género. Esto puede ocasionar embarazos y matrimonios tempranos, lo que recrudece su situación y, por supuesto, afecta de forma negativa su proceso de aprendizaje, calidad, transición y finalización educativa.
En ese sentido, la falta de una educación pensada en la niñez migrante, podría convertirse en una razón más para que millones de niñas, niños y adolescentes no puedan romper el círculo vicioso de la exclusión, pobreza y violencia, aun dejando su país de origen.
Los movimientos migratorios se han incrementado exponencialmente en los últimos años. Estamos en un momento clave para no escatimar esfuerzos y remover todo obstáculo que impida que cualquier niña o niño en situación de movilidad pueda integrarse plenamente en los sistemas educativos de sus países de acogida.
Ante estos desafíos, distintas organizaciones, incluida Save the Children, lanzamos la campaña regional “Educación Sin Límites: Aprendo aquí o allá”, la cual tiene como objetivo visibilizar esta crisis educativa y humana, promover el acceso y permanencia a los servicios educativos, y dar a conocer el impacto positivo que aporta la niñez y adolescencia en situación de movilidad al desarrollo de las comunidades que transitan o en las que se incorporan, a través del acceso a servicios educativos inclusivos y de calidad.
Reflexionemos y sumemos nuestras voces para que la educación no tenga límites, para que cualquier niña o niño siga aprendiendo aquí o allá.
Fuente: Forbes.mx