Foto: Sean Kilpatrick/The Canadian Press)
Migrantes reciben varios beneficios para adaptarse: Alojamiento, ayuda económica, programas de idiomas, asistencia social, atención médica y educación
KATHERINE ESTRADA TÉLLEZ
Dos familias nicaragüenses compartieron con CONFIDENCIAL sus experiencias: una ya refugiada y la otra aún solicitante de asilo. Estas familias detallan su proceso de integración y los diversos beneficios que Canadá ofrece para lograrlo. Entre estas: alojamiento, ayuda económica, programas de idiomas, servicios de asistencia social, atención médica y educación.
Programas de Asistencia para Refugiados
Alexa Martínez, originaria de Managua, se exilió en Canadá en marzo de 2019 junto con su esposo e hija. Ambos eran médicos en hospitales públicos de Nicaragua, pero fueron despedidos por brindar asistencia a los autoconvocados durante la Rebelión de Abril de 2018. Ahora su familia cuenta con protección internacional y está en proceso de solicitud de residencia.
Lisbeth González, otra nicaragüense del departamento de Carazo, ya cumplió un año como migrante en Ontario, donde vive con su esposo y sus tres hijos. Su familia está en proceso de solicitud de asilo.
Ambas familias fueron beneficiadas con los programas de asistencia para los refugiados según las provincias de este país. Los programas cubren gastos de alojamiento, alimentos, ropa y otras necesidades esenciales.
“Veníamos con pocos ahorros, teníamos familiares aquí que nos recibieron, pero el Gobierno también nos brindó apoyo financiero”, comenta Alexa.
El apoyo financiero temporal es parte del programa de asistencia para refugiados. Este proporciona ayuda económica a los migrantes mientras encuentran empleo formal.
“Luego de encontrar trabajo, reducen el monto del apoyo y después de tres meses, lo eliminan por completo”, explica Lisbeth. Además de este soporte, ambas familias recibieron seguimiento de trabajadores sociales que brindaron asesoramiento legal y apoyo psicológico. “”
Disponibilidad de alojamiento
Para aquellos solicitantes de refugio sin familiares o amigos que les reciban, los agentes migratorios los alojan en refugios temporales.
“Cuando llegamos, nos dirigimos a la Cruz Roja a través de un conocido, y nos ubicaron en un shelter (albergue) familiar, donde nos garantizaron todo. No nos preocupamos por la comida ni el costo del lugar”, comenta Lisbeth.
Los refugiados generalmente permanecen en los albergues mientras su solicitud de asilo está en proceso, hasta que encuentran trabajo o vivienda disponible. “Pudimos abandonar el shelter cuando finalmente logramos pagar un alojamiento permanente. Nos costó tiempo encontrar un apartamento adecuado, ya que somos una familia grande y tuvimos dificultades para encontrar un lugar que nos alquilara, pero después de meses de búsqueda, finalmente encontramos uno muy cómodo”, detalla.
Si no hay refugios disponibles, el Gobierno canadiense aloja a los solicitantes de refugio en hoteles, donde reciben los mismos beneficios que en los albergues.
Programas de enseñanza de idiomas
Aprender el idioma es fundamental para la integración de los migrantes en Canadá. El país ofrece programas gratuitos de enseñanza del lenguaje, ya sea inglés en las zonas anglófonas, o francés en las francófonas.
Los objetivos de estos programas gratuitos son mejorar las habilidades lingüísticas, permitir una comunicación adecuada con la sociedad y facilitar la obtención de empleo y el acceso a la educación para los migrantes.
Entre los más conocidos se encuentran Language Instruction for Newcomers to Canada (LINC), Canadian Language Benchmark (CLB), Centre international d’études pédagogiques (CIEP) y el Programa de Francisation para los recién llegados.
El acceso a cada programa varía según la provincia o territorio donde se encuentre el solicitante de refugio y su estatus en el proceso de solicitud de asilo. Alexa y su familia ahora hablan inglés con fluidez. El matrimonio estudió el idioma a través de uno de los programas estatales, y su hija lo aprendió en la escuela.
“Mi hija, de seis años, se adaptó rápidamente al idioma. Fue increíble cómo se acostumbró a la escuela y logró comunicarse bien”, recuerda.
Lisbeth y sus hijos todavía reciben clases. “Aún estoy en el proceso de aprendizaje. La ventaja aquí es que no te evalúan por niveles, lo que le importa al país es que aprendas el idioma, aunque te tome tiempo”, explica.
Programas y servicios de empleo
En cuanto al empleo, los migrantes pueden obtener un permiso laboral en los primeros tres meses después de presentar la solicitud de refugio. Este permiso debe renovarse cada dos años y el trámite es gratuito. “Mi esposo y yo obtuvimos el permiso laboral en dos meses. Él consiguió trabajo primero porque ya manejaba el inglés antes de venir”, cuenta Lisbeth.
Para Alexa, el nivel de dominio del idioma determina las oportunidades laborales. “En Canadá siempre hay trabajo”, recalca. “Si aún no hablas el idioma perfectamente, puedes encontrar trabajo en servicios de limpieza, construcción, empaque u otros donde no sea necesario interactuar con personas. Pero si hablas el idioma con fluidez, tendrás muchas más oportunidades”, subraya.
Canadá también ofrece programas y servicios de empleo que orientan a los solicitantes de refugio a integrarse en el mercado laboral del país.
“Aquí te enseñan cómo perfilarte según tus conocimientos, te ayudan a crear tu currículum y te preparan para entrevistas laborales”, describe Alexa. Ella aconseja trabajar con un orientador migratorio u organizaciones que asistan a los migrantes y les conecten con los programas que cada provincia ofrece.
Salud y educación gratuitas
“Tener acceso a la salud siempre ha sido prioridad para nosotros”, enfatiza Alexa. “Desde que tuvimos la segunda entrevista con Migración nos informaron que teníamos acceso a la Salud. Solamente tenemos que presentar en los hospitales el papel marrón”, explica. Se refiere al Documento de Solicitante de Asilo.
Los solicitantes de refugio pueden acceder a servicios médicos básicos y de emergencia, a través del Programa Provisional Federal de Salud (IFHP). Este cubre la mayoría de los servicios necesarios, incluyendo atención de emergencia, servicios de maternidad, atención de salud mental y medicamentos.
La educación también es gratuita para las personas menores de 18 años, sin importar su condición migratoria. Pueden inscribirse en cualquier escuela pública del país. El acceso a este derecho fue rápido para ambas familias y la adaptación de los más pequeños ha sido fluida y positiva.
Fuente: confidencial.digital