Castro
“A cada paso en la selva hay oportunidad de hacer dinero”, refiere una investigación realizada por periodistas del medio estadounidense The New York Times, que viajaron hasta el Darién para verificar qué sucede en un lugar donde miles de migrantes se arriesgan cada día.
A su paso por el Tapón del Darién, los reporteros Julie Turkewitz y Federico Ríos hallaron una industria que genera millones de dólares al mes. La publicación señala que para iniciar la travesía en lancha hacia el bosque tropical los viajeros deben cancelar 40 dólares.
Asimismo, la investigación del medio estadounidense asegura que un guía que traslada a los migrantes a pie por la peligrosa ruta cobra 170 dólares, mientras que alguien que carga los bolsos en las lomas lodosas obtiene 100 dólares.
“Las ganancias simplemente son demasiado grandes como para ignorarlas y los emprendedores que persiguen la bonanza migrante no son contrabandistas clandestinos que se esconden de las autoridades”, indica una de las investigadoras.
En este sentido, señala que quienes están detrás de esta gran industria “son políticos, empresarios destacados y líderes electos, que diariamente y a plena luz del día envían a miles de personas migrantes hacia Estados Unidos (EE.UU.) y a cambio cobran millones de dólares mensuales por ese privilegio».
“Hemos organizado todo. Los lancheros, los guías, los cargabolsos”, dijo Darwin García, miembro electo de una junta de acción comunal y exconcejal de Acandí, un municipio colombiano en donde empieza la selva.
Según los expertos internacionales, solo este año, las ganancias son más grandes que nunca, los líderes locales han recaudado de los migrantes decenas de millones de dólares en una enorme operación de movimiento humano, que es más sofisticada que cualquiera que se haya visto.
La investigación detalla que el negocio lo manejan integrantes electos de la junta de acción comunal, como Darwin García, a través de una organización fundada por el presidente de la junta y su familia, denominada “Fundación Social Nueva Luz del Darién”, que se encarga de gestionar la ruta hasta la frontera con Panamá.
Las personas migrantes pagan por lo que la fundación llama “servicios”, entre ellos el paquete básico de guía y seguridad por la frontera, a 170 dólares. Después, un “asesor” de migración procede a ponerles en la muñeca dos brazaletes de papel como comprobante de pago.
Grupos armados y narcotraficantes
El medio destaca que sobre el negocio se cierne un grupo armado y de narcotraficantes grande y poderoso conocido como Clan del Golfo, que tiene el control absoluto de la zona, reconocido por la Defensoría del Pueblo como el actor armado «hegemónico» de la región.
Antes de ingresar a la selva, los migrantes deben pagarle al grupo armado un impuesto distinto de alrededor de 80 dólares por persona a cambio del permiso para cruzar por el Darién, según varias personas que recaudan la cuota en Necoclí.