Muchas familias desarraigadas no pueden cubrir sus necesidades básicas y los refugios inadecuados y las condiciones de hacinamiento exacerban aún más las tensiones, contribuyendo a la violencia y aumentando el riesgo de agresiones sexuales, advierte la agencia de la ONU para las migraciones.
Los continuos brotes de la violencia entre pandillas en distintos barrios de Puerto Príncipe, en Haití, han forzado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares, asentándose en albergues improvisados donde enfrentan condiciones mucho más vulnerables que en sus antiguos hogares.
Para garantizar a estas personas un mejor alojamiento y protección, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el gobierno haitiano solicitaron este martes 21 millones de dólares a la comunidad de donantes.
El jefe de la misión de la OIM en Haití explicó que el desplazamiento “pone en grave peligro la salud, la seguridad alimentaria y económica de las personas, las expone a la violencia de género y ejerce presión sobre las infraestructuras locales y la cohesión social en las comunidades de acogida”.
Philippe Branchat detalló que las personas desplazadas actualmente en Haití suman casi 200.000, y de ellas unas 70.000 se encuentran en asentamientos espontáneos y frágiles, 31.000 duermen al aire libre y 34.000 se hacinan en aulas.
Muchas familias no pueden cubrir sus necesidades básicas y los refugios inadecuados y las condiciones de hacinamiento exacerban aún más las tensiones, contribuyendo a la violencia y aumentando el riesgo de agresiones sexuales.
Se agota la capacidad de las familias de acogida
La agencia de la ONU señaló que la capacidad de las familias de acogida para apoyar a la población desplazada se ha agotado dado lo prolongado de la crisis, ocasionando nuevos desplazamientos y mayor precariedad.
En seis meses, el porcentaje de desplazados que se alojan con familias de acogida cayó del 75% al 55%, mientras que el número de los que se encuentran en centros colectivos ha aumentado del 25% al 45%.
Para agravar aún más la situación, más de 115.000 haitianos han sido retornados por la fuerza desde países vecinos en 2023, muchos de ellos carecen de identificación adecuada, lo que complica su reintegración.
Los datos de la OIM muestran que casi el 22% de los retornados fueron desplazados previamente dentro de Haití, lo que resalta la necesidad de soluciones sostenibles y de largo plazo para esas personas.
Atender el origen de los desplazamientos
La Organización enfatizó que si bien la ayuda inmediata es fundamental para salvar vidas, también es muy urgente abordar las causas originales del desplazamiento.
Por el momento, la OIM en conjunto con el gobierno del país coordinan el trabajo de un grupo multisectorial que distribuye suministros como mantas, colchonetas, contenedores para almacenar agua, kits de higiene y utensilios de cocina a 70.000 personas.
A través de este grupo, 53 centros para desplazados recibirán equipamiento y reparaciones, y se proporcionará ayuda en efectivo a 130.000 personas que viven con familias de acogida.
La Organización Internacional para las Migraciones también ayuda a las personas más vulnerables a trasladarse de los lugares para desplazados a viviendas más adecuadas, y cuenta con un mecanismo de suministro común que pone a disposición de los organismos humanitarios asociados artículos de socorro básicos.
Fuente: news.un.org