Vivir en el extranjero, sea solo o con tu familia, es una experiencia tan enriquecedora como desafiante ante la adaptación a la nueva cultura, estar lejos de tu país de origen, y el estrés de insertarse culturalmente a todo nivel, desde obtener visas, hasta adquirir un nuevo idioma. Aquí revisamos por qué existe el Burnout en migrantes, y cómo lidiar con esta dolencia.
Diversos estudios y encuestas realizados en la última década en Estados Unidos y Europa, concluyen que los niveles de ansiedad y depresión en inmigrantes es dos a tres veces mayor que quienes residen en su país local.
Y tiene sentido, si consideramos que al iniciar vida en un nuevo país, nos alejamos de nuestras redes de apoyo y todo aquello que nos resultaba familiar, y por lo tanto nos sentimos más solos navegando el espiral de emociones y demandas que insertarse y adaptarse a otro país requiere, lo que para una gran mayoría de personas, resulta abrumante.
Entre los síntomas más comunes relacionados con el estrés y ansiedad de vivir afuera, se encuentran problemas de sueño, sentirse deprimido, falta de energía, cambios inexplicables de apetito, bajas o subidas de peso, bajos niveles de motivación, desesperanza, aislamiento, dificultad para concentrarse o tomar decisiones, solo por mencionar algunas.
Si es que estás ad portas emigrar o bien ya estas viviendo lo que he descrito más arriba, dejame decirte primero que no estás sol@, y que esta es una fase normal y esperable del paso valiente de dejar una vida entera detrás para comenzar una nueva.
Mientras, te comparto algunos consejos desde la evidencia y lo que ha sido mi propia experiencia luego de más de 6 años viviendo en el extranjero.
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- Construye redes de conexión y apoyo: Ir a clases de idiomas, o unirte a una actividad grupal son excelentes opciones para aprender algo de tu nuevo país, a la vez que hacer amistades localmente.
- Establece sanos límites: Cuida de no comprometer tiempos de descanso o de cosas valiosas para ti, por exceso de trabajo o estudios.
- Recuerda dormir y ejercitarte con regularidad, aun cuando sea caminar media hora varios días a la semana. Hay cada vez más evidencia que prueba la fuerte correlación entre horas de sueño y actividad física con nuestros niveles de bienestar general.
- Busca algún tipo de asesoría antes de partir: hoy existen numerosas comunidades online que asesoran y comparten información sobre el país de destino para así tener una idea más clara de que esperar y qué desafíos te esperan. Psicologos con especialidad en inmigración, comunidades en redes sociales, o agencias de idiomas pueden ser buenos puntos de partida.
- No pases todo el tiempo online: Si bien es una maravillosa herramienta para conectar con tu familia y amigos del país de origen, es importante salir, conectar y cultivar conexiones a nivel local.
- Cuida y organiza tus finanzas lo mejor posible. Sobre todo al principio, cuando nos instalamos en el nuevo país, es probable que debamos realizar varios gastos relacionados con visas, estudios, alojamiento, entre otros. Contar con ahorros desde antes de partir y mantener orden de nuestros gastos, resulta un importante aspecto para resguardar nuestra tranquilidad, más aún en el escenario de estar sin trabajo en los primeros meses.
- Tanto tu mente como tu cuerpo son importantes. Ser migrante o expatriado involucra una serie de etapas, y varias de ellas involucran sentirnos deprimidos o inestabilidad emocional. No dudes en solicitar apoyo psicológico o un coach cuando sientas que los desafíos se sienten cuesta arriba y los niveles de estrés y estabilidad emocional