Ginebra, 18 may (EFE).- Una nueva conferencia de donantes para ayudar a Bangladesh a asistir a los refugiados rohinyá en ese país consiguió hoy que la comunidad internacional se comprometiera con 206 millones de dólares, informó el máximo responsable de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi.
Tras el evento, organizado por Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), las agencias de la ONU han garantizado la financiación de al menos la tercera parte del plan de ayuda a estos refugiados para este año, que requiere 943 millones de dólares, según cálculos de estas agencias.
Cuando se cumplen casi cuatro años desde el inicio de esta crisis, Acnur y OIM pidieron que continúe el apoyo internacional para garantizar la seguridad y el bienestar de los 900.000 rohinyás que viven en Cox’s Bazar, el mayor campo de refugiados del mundo.
La crisis rohinyá comenzó en agosto de 2017, cuando un grupo rebelde de esa minoría musulmana lanzó una serie de ataques contra puestos gubernamentales en el estado de Rakáin, en el oeste de Birmania (Myanmar).
El Ejército birmano respondió con una ofensiva que ha sido condenada por la comunidad internacional dado el amplio uso en ella de la tortura, el saqueo y el incendio de pueblos enteros de los rohinyás, entre otras violaciones de derechos humanos.
Los 934 millones que solicita el plan de respuesta “también serían de gran ayuda para casi medio millón de bangladeshíes que viven en las comunidades que están acogiendo a estos refugiados, en una zona muy frágil”, destacó Grandi.
El viceministro de Asuntos Exteriores de Bangladesh, Shahriar Alam, añadió que su país sigue comprometido en ofrecer la mejor asistencia humanitaria posible a estos refugiados y agradeció el apoyo de la comunidad internacional, pero insistió en que la única solución definitiva es el retorno de los rohinyá a Birmania.
El Gobierno de Bangladesh invirtió 350 millones de dólares en habilitar la isla de Bhasan Char para descongestionar los campos de refugiados en Cox’s Bazar y 18.000 rohinyás ya han sido reubicados allí de manera voluntaria.
Para Acnur, cualquier transporte de refugiados a la isla tiene que continuar siendo voluntario y se debe asegurar que las personas allí trasladadas tengan acceso también a la ayuda que llega a Cox’s Bazar.
Acnur y la OIM coinciden en que deben garantizarse las adecuadas condiciones de seguridad en Rakáin para que los refugiados puedan regresar a territorio birmano.
En este sentido, las agencias de la ONU insistieron en su llamada a que el Gobierno birmano cierre los campos de desplazados internos (en los que quedan unos 600.000 rohinyás) para que estos puedan regresar a sus casas.
“Esto mandaría a los refugiados en Bangladesh la positiva señal de que también pueden regresar, ya que ahora temen ser reubicados a estos campos sin libertad de movimiento”, afirmó Grandi.
Los recientes acontecimientos en Birmania, que sufrió un golpe de Estado por parte de las fuerzas armadas el pasado 1 de febrero, han ensombrecido la posibilidad de un retorno seguro, aseguró el director general de la OIM, Antonio Vitorino.
“Empezamos a trabajar con los campos de desplazados dentro de Birmania para permitir a las personas volver a sus regiones de origen unos meses antes del golpe de Estado, pero, desgraciadamente, debido a los eventos del 1 de febrero, este proceso se ha puesto en pausa”, comentó. EFE