Según los resultados preliminares de la Evaluación de Vulnerabilidad de los Refugiados Sirios en el Líbano, basada en encuestas a 5.090 familias, la mayoría de los hogares acumulan grandes cantidades de deuda y tienen que pedir prestado dinero para poder comprar comida.
En diversos casos, los entrevistados han tenido que reducir su número de comidas, los adultos están comiendo menos para que los niños tengan suficiente en sus platos, o se han visto obligados a reducir el presupuesto para atención médica y educación en favor de la alimentación.
Los menores son los más golpeados por el deterioro de la situación, de acuerdo con el estudio elaborado conjuntamente por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF.
Solamente el 60 % de los niños sirios de entre 6 y 14 años acudieron este año al colegio con asiduidad, una tasa que cae a apenas el 8 % en el caso de los adolescentes más mayores que están estudiando los últimos cursos de secundaria.
En el plano de la alimentación, el informe alerta de que menos de la mitad de los bebés menores de 5 meses son amamantados sin otros aportes, como se recomienda, mientras que apenas el 11 % de los niños ingieren el número recomendado de alimentos por categoría.
“Los niños y adolescentes son los más afectados por la creciente crisis -con cada vez más desigualdad y discriminación-, especialmente entre los grupos vulnerables. Los menores están creciendo sin suficiente comida, sin un acceso adecuado a la sanidad y a la educación”, advirtió el representante de UNICEF para el Líbano, Edouard Beigbeder.