Los jóvenes venezolanos concluyeron sus estudios en San Luis Potosí y sueñan con trabajar en la defensa de otros refugiados.
Al cerrar el 2023, el festejo en la familia venezolana Madriz Villarroel, refugiada en San Luis Potosí, no solo fue por la Navidad y despedir al año viejo.
La felicidad y dicha creció por la graduación en la Licenciatura en Comercio Internacional de José Andrés, de 25 años, y su hermano Emanuel, de 22 años.
Estos jóvenes no tuvieron que cruzar por la selva del Darién para salir de su estado natal, Zulia. En el año 2019, cuando dejaron sus tierras en busca de oportunidades, no existían restricciones aéreas para venezolanos con destino a México.
Sin embargo, vivieron penurias desde su niñez, que según sus palabras fue turbulenta, pues en los años 90 en Venezuela las salidas del país de familiares o muertes repentinas de los adultos era una constante en su vida, tal y como lo relata Emanuel.
“A medida que iba pasando el tiempo y la situación del país empeoraba se iban del país. Entonces, lógicamente eso sí iba creando un impacto en nosotros de ir y realizándonos como niños, pero viendo como perspectivas diferentes, ¿sabes? Porque sabíamos que eventualmente, en algún momento nuestra vida, podíamos sufrir el mismo destino.”
Aunque desde pequeños José Andrés y Emanuel consideraban que su futuro tendría que ser, tarde que temprano, la salida de su país, ante el aumento de falta de víveres y medicamentos, sus papás José Madriz y Jacqueline Villarroel, maestra de profesión, no cejaron en inculcarles que estudiaran más allá de una licenciatura.
Entre risas y el juego venezolano de la pelota “Gomita”, nadando e incluso compitiendo en natación, llegaron a la adolescencia y concluyeron su educación con el inicio de su carrera profesional en la licenciatura Administración de Aduanas, estudios que tuvieron que interrumpir por la deserción de maestros.
“Nosotros nos dedicamos al estudio de lleno justo. Unos seis meses antes de venir para acá. Estábamos estudiando, pero por temas este relacionados. La pérdida de maestros y la deserción de los mismos pues este prácticamente se nos canceló el estudio.”
Acnur en apoyo de la educación de refugiados
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) cuenta con un programa educativo en México para apoyar a personas en 17 entidades del país, donde se tiene a más de 70 extranjeros de distintas nacionalidades que han logrado la conclusión de una licenciatura.
El objetivo de Acnur es garantizar educación para refugiados en distintos niveles educativos, por lo que promueve la certificación y revalidación de estudios.
Todo con la finalidad de lograr que, en el año 2030, el 15 por ciento de los jóvenes refugiados accedan a la educación en el país de acogida.
Después de tomar un vuelo con destino a la Ciudad de México, proveniente de Bogotá, Colombia, la meta de los hermanos Madriz Villarroel fue llegar a la casa de un primo en San Luis Potosí, donde los esperaba su mamá.
La suerte les cambio en una visita a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, COMAR, donde un activista llamado Sergio de la organización humanista “Caritas” les hablo del programa educativo de ACNUR, institución que los apoyó para continuar su licenciatura.
Los jóvenes empeñosos fueron bien recibidos por la comunidad de maestros y alumnos de la universidad Potosina.
“Honestamente, en San Luis Potosí las personas a veces son un poco cerradas. Sin embargo, nosotros no supimos ganar a los profesores, a los estudiantes, mediante nuestra personalidad, siempre respetando como los espacios y las personalidades de cada quien. Y entre tantas opiniones, puedo decir que la mayoría de los estudiantes veían como como ‘bueno, le están echando ganas’. Algunos incluso tomaban como especie de inspiración”
El trabajo y sus metas a futuro
Los sueños de José Andrés y Emanuel están muy enfocados en continuar la lucha por el bien de las personas refugiadas, en tanto como jóvenes conviven con su gato “Artur” y dos perros adoptados.
Emanuel trabaja en una empresa potosina, realizando plataformas de Internet y José Andrés está en la busca de un trabajo de medio tiempo para continuar con sus actividades en la Asociación de Estudiantes de la Universidad Potosina, donde trabaja la vinculación de estudiantes de diversas escuelas.
Reconocen a México como una nación importante de destino y no solo de tránsito de migrantes rumbo a Estados Unidos.
Por su experiencia y falta de oportunidades que los obligó a dejar su nación, quieren trabajar por los derechos de refugiados. Además de hacer valer la capacidad y aportes que pueden dar a sus países de acogida.
“Es muy importante visibilizar, que eso es algo que existe, que el contexto ya está, sino que también mediante nuestra capacidad, nuestras habilidades, las que vamos adquiriendo. Podemos construir y aportar a la sociedad.”
Fuente:noticias.imer.mx
