El título del video es toda una declaración de intenciones que, en lugar de destacar las políticas de colaboración regional para encauzar los temas de movilidad humana que vive hoy el continente americano y que suponemos animaron la convocatoria de la cumbre de Palenque, se planta con una belicosa declaración que coloca a la migración como un enemigo por vencer y no como un derecho, tal cual reza en el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que señala que toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a él.
Los autores de esta pieza audiovisual parecen ignorar también que América Latina es producto de las migraciones pues sus primeros habitantes llegaron en tiempos prehistóricos desde Asia, cruzando el estrecho de Bering; después, en los siglos XVI y XVII, arribaron aún más a través de la colonización europea y de los hombres y mujeres provenientes de África como esclavos. Igualmente, a partir del siglo XIX hasta nuestros días, la región ha sido el destino de múltiples olas migratorias llegadas desde Europa y Asia, como consecuencia de guerras, crisis económicas y persecuciones.
América Latina ha sido también un importante generador de corrientes migratorias continentales y extracontinentales, especialmente a partir del siglo XX. Recordemos como ejemplos los flujos de mexicanos hacia Estados Unidos, a los que hoy se han unido los de los países centroamericanos o los de diversas naciones suramericanas hacia Europa, sin olvidarnos de los venezolanos hoy esparcidos por doquier. Colombia no ha sido la excepción, y millones de sus ciudadanos se han movido desde las últimas siete décadas a Venezuela, Estados Unidos, España o Chile.
De manera que mal se podría hablar de que la región pueda actuar unida contra la migración, sin negarse a sí misma ni entrar en patentes contradicciones.
El contenido del video se centra, principalmente, en la intervención del presidente Gustavo Petro en el Encuentro de Palenque, donde el mandatario colombiano ha confirmado su pretensión de presentar las crisis migratorias contemporáneas como un asunto Sur-Norte, donde los países meridionales de donde parten los migrantes son las víctimas y los septentrionales, que integran las naciones desarrolladas, no estarían cumpliendo con sus obligaciones internacionales.
En el video no se menciona ni una sola vez la que es hoy en día la mayor crisis migratoria continental y una de las mayores del mundo, la venezolana, que para información del jefe de Estado colombiano se ha dirigido en un 85 % a países de América Latina y el Caribe y apenas en 15 % a Estados Unidos, Canadá y Europa. Es decir, es una migración Sur-Sur, más allá de que en los últimos meses haya tenido un protagonismo creciente la ruta hacia el Norte a través del peligroso Tapón del Darién.
Este olvido no es menor si tomamos en cuenta que solo Colombia ha recibido a 2.894.593 venezolanos, 37,5 % de los 7.710.987 que han dejado su país, quienes han demostrado tener vocación de permanencia y requieren políticas de integración que les permitan no únicamente vivir con dignidad sino también poder colaborar con el desarrollo del país.
Ha sido una constante en las declaraciones del presidente Petro y sus ministros referirse a que los migrantes venezolanos están de paso en Colombia, en camino hacia otras latitudes o que están regresando a su país, ambas afirmaciones totalmente desmentidas por la evidencia que muestra un incremento sostenido de los venezolanos en suelo colombiano: 1.729.537, en 2020; 1.842.390, en 2021; y 2.894.593, en 2022, último año del que se tienen cifras pues también en cuanto a las estadísticas migratorias ha habido un preocupante silencio.
A la política migratoria gubernamental se le están viendo las costuras.
Fuente: elespectador